Bertín Osborne da la estocada definitiva a Gabriela Guillén: "No tengo vocación de padre"

Ficha técnica


Fecha 06/06/2025
Parte 1
Duración 00:07:31
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Bertín Osborne responde a Gabriela Guillén: "bueno, porque yo... No sé por qué lo dice, francamente. Entre otras cosas porque yo no he hecho nunca nada que no le haya dicho que iba a hacer. Entonces yo, mucho antes de que lo tuviera, le dije que yo no tengo vocación de padre a estas alturas. Que además me parece una putada para un niño que pierda un padre cuando no haya hecho ni la mil y que la vengamos a hacer otra vez. No, o sea, es que no es mi momento. No es el momento de eso. Entonces yo ayudaré. Intentaré que le vaya bien, que vaya a colegios buenos. Todo eso lo haré y lo ayudaré. Yo no me voy a poner a cambiar pañales a estas alturas de mi vida porque ya ha pasado. Eso me pasó ya. Y no es una cosa nueva. Yo se lo dije. Se lo dije mucho antes de que el niño naciera. Entonces, pues hombre, si ella cree que es un cero, pues seré un cero" añade que ya sabía que el bebe su primera palabra ha sido 'papá'. "Eso me dijo ella. Eso me dijo ella. Yo tengo con ella una relación normal y hablo con ella. No tengo ningún problema. Eso es bueno. Lo que pasa es que, bueno, supongo que cuando va a sitios así con vosotros, pues le meteréis el micrófono" concluye: "te juro por mi hijo, quique, que yo no veo la televisión, no he visto ninguna declaración suya, no he visto ningún programa del corazón desde hace muchos años. Te lo juro por mi hijo, quique. Entonces, ni sé lo que ha dicho, ni me importa lo que ha dicho. Yo lo único que le dije es que dijera la verdad. Y ya está. Que ella considera que soy un cero como padre, pues eso... Bueno, pues...". Total Bertín Osborne: - Te avise´ - ... - ¿Estás más tranquilo ahora? - A mí las muchedumbres no me divierten nada. - Te lo agradecemos. - Sí. Disculpa si también hemos sido un poco más... - No, ya te lo he dicho dentro. Y hay una cosa que no soporto en esta vida, es que me persigan. Y tengo 43 años en esta profesión, me han perseguido muchas veces, y ya no tengo idea de que me persigan. Si a mí me paráis y me preguntáis, normalmente soy educado. Pero cuando tengo empresas, no quiero mirar, que me persiguen todas las semanas, pues llega un momento que uno... Primero no tengo por qué hablar, o sea, ¿por qué? ¿Dónde está escrito que tenga que contaros algo? Entonces, primero eso, y después, si encima me persiguen, mucho menos. - Yo es lo que te he dicho también dentro, yo entiendo esa postura y hacemos autocrítica, pero es lo que te he dicho, somos meros responsables, o sea, corresponsables de lo que han dicho. - Yo te enciendo. Pero es que lo que han dicho es problema de quien lo ha dicho, no va a ser problema mío nunca. Entonces no voy a comentar nada sobre lo que dicen otras personas, sean quien sean. Mis hijas, me da igual. Ellas sabrán las cosas que dicen y luego el tiempo dará o quitará razones, pero nada más. - ¿Te podemos preguntar qué tal estás? - Yo estoy fenomenal. ¿No me ves? - Oye, estás guapo. - 15 kilos menos. No, estoy fenomenal. No ceno. Nada. Y además, muchos días no desayuno. No, mira, el cuerpo se acostumbra a todo. Y además esto es un tema de genes. Esto, nuestros antepasados comían una vez al día si encontraban comida. Entonces eso de comer cinco veces al día es una cosa que... - Eres un poco del estilo de Luis Enrique - Luis Enrique es así. No le conozco, fíjate que me gustaría conocerle porque me cae muy bien. A mí me encanta, me gustan muchísimo las personas que son así, duras. Tú las ves y dices, coño, ese tío, como dicen en Venezuela, ese tío se ha recho. Pues me gustaría conocerle, así que desde aquí le mando un buen abrazo. - Tú eres duro, ¿eh? - Sí. Entonces he acostumbrado al cuerpo a comer una vez al día. Yo como como los perros, al mediodía. Al mediodía me pongo morado, eso sí. Pero, por ejemplo, hoy no he comido al mediodía y he desayunado un té. Y anoche no cené. Con lo cual estoy con la comida de ayer, llevo 20, no, 30 horas sin comer. Pero estoy bien, no tengo hambre. No he comido anda ahí dentro. Ahora tomaré cualquier chorrada, pero con eso te digo que acostumbras al cuerpo y no te pide comida. Y en cuando tomas alguna cosita te llenas y ya está. - ¿En qué momento podemos decir que estás, Bertín? ¿En qué momento podemos decir que estás? ¿Estás fácil? ¿Tranquilo, sereno, en paz? - No, estoy fenomenal. Trabajando, trabajando en lo que me gusta, que es... - Un poco más tranquilo llevas unos meses...Mucha polémica contigo, hijo mío, mucha. - No, estoy fenomenal, estoy trabajando en lo que me gusta, que es televisión. En un programa que tiene una audiencia tremenda. - ¿Y qué no haces? - Bueno, y ahora vuelvo a empezar con el mío de Canal Sur, y estoy encantado. - ¿En algún momento vas a hablar tú, Bertín, porque hemos escuchado todas las partes? ¿Vas a contar tu historia? - No voy a hablar, no voy a hablar de nada que sea personal. Porque ¿por qué regla de tres tengo que hacerlo? Normalmente, además, estoy hablando con personas que me caen bien, yo respeto a todos. Y normalmente hablo con personas que no conozco, no sé quiénes son ni cómo se llaman. Si hay cosas personales que no las hablo con mis amigos, ni con mis amigos, ¿por qué regla de tres voy a pararme en la calle y hablar con alguien, y menos si me persiguen? - ¿Y te molesta que te cuestionan? - Haciendo semáforos y haciendo barbaridades, como en Barcelona. Yo no tengo edad ya de poner a despistar coches. Este sí, pero yo no. Y lo hace bien, ¿eh? Y lo hace de miedo, lo hace de miedo, es su trabajo. Pero es que sería mucho más fácil hacer las cosas así. Y las haría perfectamente. Y yo las haría... Yo las haría, sí, encantado. Pero es que... es que ponerlos en mi pellejo. O sea, tú sales de tu casa y te encuentras a un coche, a un tío escondido dentro de un coche en la puerta de tu casa, que te asalta. Cuando no le dices nada, se mete en el coche y va como un loco detrás tuya, haciendo eses en el tráfico y tal, para no perderte. ¿Para qué? Si ya te he dicho que no voy a hablar de nada que sea personal, porque no tengo por qué hacerlo. ¿Sabes? Entonces... - ¿Y a quién le preguntamos cuando se te cuestiona como padre, como persona, como tal? ¿A quién se le preguntamos para no molestarte a ti? Porque nosotros, de verdad, ni ella ni yo te podemos cuestionar como padre porque ni lo sabemos. Te dicen que cero, que vas a escribir tus memorias, que van a escribir las memorias hablando de ti. ¿Cómo lo hacemos? - Si yo escribiera mis memorias, me tendría que ir de España. Así que no lo voy a hacer. - Te seguiríamos, ¿eh? - No lo voy a hacer. No, eso estoy seguro. Habría uno de Europa Press debajo de la palmera buscándome, eso seguro. - ¿Has vuelto a ver al niño? - No, ¿lo he visto una vez? - Parece ser que cuando el apagón... - No, no, no. No, no, mucho antes. Mucho antes del apagón. Estuve con él, me pareció precioso, encantador, cariñoso. Lo pasé fenomenal. Pero bueno, la vida es la que es. - ¿Por qué dice que eres un cero como padre, Gaby? - Bueno, porque yo... No sé por qué lo dice, francamente. Entre otras cosas porque yo no he hecho nunca nada que no le haya dicho que iba a hacer. Entonces yo, mucho antes de que lo tuviera, le dije que yo no tengo vocación de padre a estas alturas. Que además me parece una putada para un niño que pierda un padre cuando no haya hecho ni la mil y que la vengamos a hacer otra vez. No, o sea, es que no es mi momento. No es el momento de eso. Entonces yo ayudaré. Intentaré que le vaya bien, que vaya a colegios buenos. Todo eso lo haré y lo ayudaré. Yo no me voy a poner a cambiar pañales a estas alturas de mi vida porque ya ha pasado. Eso me pasó ya. Y no es una cosa nueva. Yo se lo dije. Se lo dije mucho antes de que el niño naciera. Entonces, pues hombre, si ella cree que es un cero, pues seré un cero. - Te da igual - Si preguntas a mis hijas, probablemente te dirán otro. Sí, ayer estuvimos con ella. Vale. Parece ser que la primera palabra que dijo fue papá. - Eso me dijo ella. Eso me dijo ella. Yo tengo con ella una relación normal y hablo con ella. No tengo ningún problema. Eso es bueno. Lo que pasa es que, bueno, supongo que cuando va a sitios así con vosotros, pues le meteréis el micrófono. - Que diga papá. Ella dijo como que a ti te parecía bien que hablara. Es una entrevista que dio. Dijo que... - Sí, sí, me llamó y me dijo... No, yo le dije... No, no me pidió permiso. Ella no tiene que pedirme permiso para nada. Pero me dijo, Bertín, voy a... Y digo, pues hombre, me parece muy bien. Di la verdad. Si dices la verdad, no hay problema. - ¿Y crees que se ha dicho la verdad? - Yo no tengo problema. - ¿Crees que se ha dicho la verdad? Te tomo la palabra. - Te juro por mi hijo, Quique, que yo no veo la televisión, no he visto ninguna declaración suya, no he visto ningún programa del corazón desde hace muchos años. Te lo juro por mi hijo, Quique. Entonces, ni sé lo que ha dicho, ni me importa lo que ha dicho. Yo lo único que le dije es que dijera la verdad. Y ya está. Que ella considera que soy un cero como padre, pues eso... Bueno, pues... - Sus hijas nos dicen lo contrario. Ayer estuvimos con ella y te dieron un notable. - Y si hablas con mi hijo, Carlitos, pues te dirá lo contrario. - Pero yo a ella se lo dije. Ahora no puede decir o no puede extrañarse de algo que yo ya le canté que hoy va a pasar. Gracias, chicos. - Descansa. Buenas noches. Gracias. Buenas noches. Adiós. Gracias. Imágenes de Bertín caminado y entrando en un local.

Relacionados