Ficha técnica
Rappel arremete duramente contra la hija de Encarnita Polo tras el fallecimiento de la artista: "no puedes poner a la pobre encarnita que según me han dicho. Estaba en su habitación con la puerta abierta y este ser entró y la mató en su cama. Es que es muy fuerte" y asegura que "no tenía que haberla ingresado nunca en un centro, es mi opinión". Además, no entiende que decidieran ingresarla en una residencia porque según él estaba perfectamente: "ella estaba estupendamente bien. Sí, fíjate. Encarnita estaba muy bien para estar en su casa, para ser la mujer hasta el último momento, coqueta, presumida. Era una mujer que se arreglaba". El vidente deja entrever que se han ocupado de vender sus propiedades y no de cuidarla: "porque a encarnita sí han sabido venderlas los pisos. Eso sí se ha sabido vender. Entonces que hayan sabido vender su casa y sus cositas personales y que ahora estuviera sola, como un perro en un sitio que uno que estaba con la puerta abierta la ha matado, me parece que no tiene perdón de dios" y arremete contra su hija preguntándole dónde está el dinero y las joyas de la artista: "ahora le haga un funeral y que vaya la gente a la iglesia, la primera, su hija, creo que su hija sobra en el funeral. Y lo digo con un par de narices. Ahora va a ir al funeral aquí. Aquí, a que le demos el pésame de que abandonar a su madre y que un hijo de su madre la ha matado en un centro. Y ahora va a ir a recibir el pésame ¿de qué? ¿dónde está el dinero? ¿dónde está el dinero de los pisos que tenía encarnita? Y las joyitas que tenía encarna, las pieles, las ropas, recuerdos preciosos que tenía encarna, ¿dónde está todo? Eso, ahora ha desaparecido, pero la pobrecita ha desaparecido en manos de un hijo de su mala madre que le ha destrozado en una habitación. Pobrecita". Por último, asegura que no tiene por qué darle el pésame a su hija: "yo pido por su alma, pero creo que es que no tengo que darle el pésame a nadie". Este tema es en exclusiva. Total a Rappel: - Hola, Rappel, buenos días. - Buenos días, encantado de recibirte y gracias por entrevistarme. - Siempre es un placer hablar contigo porque Rappel tiene muchas cosas que contar siempre. - Gracias, cariño. - Bueno, en este caso hoy estamos por uno de tus libros. - El último. - El último, 'el futuro ya es ayer'. - El futuro ya es ayer. - Es mi vida, un resumen de mi vida, de anécdotas muy divertidas, todas vividas por... muy importantes, muy famosos y muy queridos por mucha gente. - Personajes muy importantes de este país que seguro ahí están nombrados, los reyes, tanto los eméritos como... - Todos, nombramos. - Lo digo porque ahora estamos en estas semanas claves para la monarquía. - Nombró muchísima gente, muy querida y cuentan de notas bonitas que se pueden contar. Ah. Entonces, muchos famosos que han leído el libro me han dicho gracias Rappel porque lo que cuentas mío es muy bonito. - Tú tienes que saber muchísimas cosas, tú vales más por lo que callas, ¿no? Como quien dice... - Hombre, es que hay muchas cosas, hay muchas cosas. Es un cuerpo confesor de muchas intimidades. - Sí, porque al final eso es. - Claro, hay muchas personas que en un momento dado vienen a mi consulta y... sin dar detalle, - exacto, porque al final eso hay que mantenerlo en privacidad. Ha habido personajes que llamarían mucho la atención, ¿no? - Sí, hay gente que está muy desesperada. Relaciones de pareja, relaciones con los hijos, con la familia política. Y gente conocida. Claro, con situaciones de inversiones familiares, problemas de herencias que acaban, poco menos que... No apuñaladas, pero casi. Pues bueno, yo quiero... A que yo les asesore a compartir conmigo un proyecto, una idea, qué pasa, qué hacen, cómo va a aparentar en un futuro qué va a pasar, si hacen esto o hacen lo otro. Entonces yo intento con sensatez y con mucho cariño intentar aconsejarles lo que podría ser mejor para esa situación. - Totalmente. Y por ejemplo, ahora mismo estamos en una semana clave para la monarquía. Hay aniversarios, han salido las memorias del rey emérito. Primero, ¿tú te las vas a leer, las memorias del rey emérito? - Yo sí, las voy a leer. Eso seguro, ¿no? Además yo de la familia real, a la que yo respeto, yo quise muchísimo a la Condesa de Barcelona. - Es verdad. - La abuela de nuestro rey, donde María de las Mercedes, es una señora que yo... - Tú tuviste mucha relación con ella. - Mucha amistad, mucho cariño. Yo, eran mis años de modisto, yo le hacía la ropa, le hacía, no tenía más que hasta las batas de estar en casa. Fíjate. Porque un día me dice, rápido, toma la ropa que te pese, te encuentro tan incómoda. Me compro batas muy buenas y me encuentro como atada. ¿Tú me harías una bata? Digo, sí señora, yo hago una de verano, una de invierno, otra para el baño. Total, le hice una colección de batas. Y yo, ahora está en batas, estoy cómoda. Es un amor de señora. Es un gestoril. Sí, sí, sí. - ¿Y actualmente, con quién tienes relación de la familia real actualmente? - De la familia real ahora, pues con la reina, ¿no? Conocí muchísimo a su abuela. Sí. A su abuela, la escritora, me encanta, le dieron un homenaje, que le dieron un trofeo, vino una nieta suya, la hermana de doña Leticia, a recibirlo. Sí. Y a la vez iba yo a recibir un premio que me llamara a mí y al llegar, me dice, ay, me parece que alegría verte porque vengo yo sola a recoger el trofeo de mi abuela. ¿Puedo entrar contigo? Digo, por favor, entramos juntos. Por supuesto. Y entramos juntos del brazo a recoger ella el trofeo de su abuela y yo a recoger el mío. Por cierto, Erika, encantadora. - Oye, no te quiero entretener mucho porque vas a seguir firmando, pero te quiero preguntar por una triste pérdida que hemos tenido estos días en Encarnita Polo y que nos ha sorprendido muchísimo lo que ha sucedido. - Pues sí. Algo lamentable. Muy lamentable, pobrecita, yo la quería mucho. - Lo sé, lo sé. - Ella tenía una casa preciosa, fantástica, hace muchos años, en García de Paredes. - Sí. - Que anda que no hemos hecho fiestas. De esa casa he salido, yo con ella, muchas veces, el día de la banderita, con las luchas, a poner banderitas por Madrid a la gente. - Es que erais muy amigos. Íbamos los dos por la calle poniendo banderitas de la Cura. Y ella iba poniendo la banderita, íbamos cantando por la calle los dos el Paco, Paco, Paco.
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