PARTE 4_ Los Reyes presiden la entrega de los Premios de la Asociación de la Prensa de Madrid

Ficha técnica


Fecha 20/05/2025
Parte 1
Duración 00:06:00
Sonido Ambiente
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Los Reyes presiden la entrega de los premios de la Asociación de la Prensa de Madrid, los premiados han sido: Fernando Ónega, Vicente Vallés, Irene Dorta y Ana del Barrio PARTE 4: PALABRAS DE FERNANDO ÓNEGA: Sostenía este lacerante realismo. A mí me da igual. Total, el año que viene se lo darán a otro. Metido en ejercicios de humildad, vuelvo a la sabiduría de Leguineche por un dicho necesariamente citable estos días. La prensa no es el cuarto poder. El cuarto poder es el cotilleo. Esto vale para una redacción, para la Zarzuela, para la Moncloa, o para esta Casa de Cibeles. El cotilleo motor de la opinión pública, el cotilleo guía de la democracia. Hasta Televisión Española lo considera un bien de Estado que hay que proteger y alimentar. Al pensar se descubren también cosas que debo decir porque, si no las digo, la gente puede creer que vivo como el alcalde cuando no tiende la ropa en casa. Ahora tendrá que tender pañales. O la presidenta Ayuso cuando no consigue comprar fruta. Esas cosas peores son las fake, las máquinas del fango y los fabricantes de bulos cuyo espectro sobresalta a Pedro y a Bolaños, como si topasen con el juez Peinado. Esto me conduce a lo que Jordi Juan, director de la Vanguardia, escribe hoy mismo, que nuestro oficio es el mejor del mundo. Puede ser, director, pero vive una transición desconcertante. Y no es por una tecnología, es por su esencia. Es porque estamos pasando de la sociedad de la información. ¿Recordáis cuán feliz eso nos iba a hacer? Estamos pasando de ella a la sociedad de la desinformación. Es que ahí están las redes que significan libertad al alcance de todos y la libertad es democracia. Pero temedlas porque están suplantando a los medios. Pueden quitar oficio y pan al periodista de siempre. Y alarmaos porque he leído a Marius Carol que los reporteros pasan más horas buscando noticias en las redes que en la calle, los juzgados y los bares, que es donde está la información. Escuché a líderes de la televisión que no presumían de su audiencia sino de haber sido trending topic. Es el triunfo del basurero de idiotas. ¿Qué diría Humberto Eco? En esa luminosa penumbra aparecen influencias que compiten con poderosos imporios de publicidad, famosos con más seguidores que todos los periódicos españoles juntos, espontáneos de la opinión, con más influencia en la economía que las bolsas y más influencia en la política que muchos partidos, poderosos que quieren fabricar y ganar el relato para derrotar a la verdad. No el relato. No lo que decía nuestra presidenta, sino el relato fabricado. Triunfo de la mentira, con la que ya se ganan elecciones. Deterioro del sistema democrático. Ante todo eso, mi pensador de cabecera, Manuel Cruz, plantea una grave cuestión. Los profesionales de la comunicación están obligados a preguntarse qué han hecho mal para perder la autoridad moral en la transmisión de la verdad. Mi respuesta arranca parte de la llamada del rey Felipe a la dignidad en su último mensaje de Navidad y el premio Carlos Magno. Dignidad, esa palabra tan devaluada, escribió Carlos Goyero. Pese a tal devaluación, le hemos escuchado, señor. Luchemos por la dignidad. Esa es la misión de toda sociedad y de las asociaciones de prensa empezando......por esta de Madrid, que cuenta con activos como los de aquí presentes, como Vicente, como Irene, como Ana y la presidencia de una mujer de la talla de María Rey. De su mano, o por libre, luchemos contra los poderosos que alimentan la desinformación porque creen que así prolongarán sus privilegios. Combatamos el anonimato de Internet porque el anonimato es de cobardes o de delincuentes potenciales o de organizaciones que esconden su identidad para dañar al adversario y al diferente. Asumamos la petición de León XIV. Desarmemos la comunicación de todo prejuicio, resentimiento, fanatismo y odio. Y dejadme esclavar. Sombrío momento histórico en que se acaba de celebrar el Día de la Libertad de Expresión con estos titulares. Periodistas asesinados el año pasado y la libertad de expresión está en retroceso. Patético balance de las libertades, si además Bill Clinton avisa que cuando el ciudadano no sabe lo que es verdad y lo que es mentira, está en peligro la democracia. Triste mundo, el condenado al miedo al engaño de quienes dominan su economía y gobiernan sus derechos. Oscuro horizonte. Por la denuncia de José Antonio Marina de que el signo de este siglo es llamar la atención como sea y negarse a aprender porque todo está en internet. Solo nos falta que la inteligencia artificial escriba editoriales si no los está escribiendo ya. Pero anoto una petición de Jordi Basté. Hazme soñar, no me muestres tus sombras. Así que digo, alegre y esperanzador mundo.

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