Para acceder a este vídeo, solicite acceso al departamento comercial.

Foto del vídeo

PARTE_2_Fabiola Martínez explica cómo le contó a sus seres queridos los abusos que sufrió

Ficha técnica


Fecha 05/02/2025
Parte 1
Duración 00:05:57
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Fabiola Martínez explica cómo le contó a sus seres queridos los abusos sexuales que sufrió durante su infancia: "Fui preparando a todo el mundo. También tengo que decir que en el proceso yo creo que mis padres han sido los últimos precisamente porque... Por la dinámica que hemos tenido, ¿no? De silencio. Entonces me costaba más el sentarme con mis padres y hablar de esto. Hasta que me he sentido preparada y he podido verbalizarlo y hemos hablado de algunas situaciones que ellos desconocían, por ejemplo. Así que, bueno, pues en ese sentido ha sido bastante sanador. Y bueno, con respecto a Carlos, bueno a mis hijos, es lo que he contado, he buscado un momento idóneo en el que pudiésemos estar tranquilos, sin distracciones, para yo también poder medir cómo iba a reaccionar él". Revela cómo quedó con las hijas de Bertín Osborne para contarles lo sucedido: "Oues mira, como esto ya lleva tiempo, he podido ir preparando poco a poco a todo el mundo. Por ejemplo, con las hijas de Bertín, con Alejandra, Claudia, Eugenia y Ana Cristina, que no es de Bertín, pero que también es como si lo fuera, tuve una comida y se los conté. Y bueno, pues todas me apoyaron, me sentí como arropada, ¿no? Fue como no teníamos ni idea, pues lo típico, claro. Así que ya sabían que yo estaba en ese proceso". Asegura que su exmarido lo desconocía: "Bueno, yo se lo cuento a ellas. Con él no hablé de voy a sacar un libro, voy a hacer terapia, nada, eso era un tema mío. Pero quería que ellas lo supieran porque sí que pensé si en algún momento este proceso les afecta de alguna manera porque la prensa les pregunta, porque al final... Están en mi entorno. No quería que les pillara de sorpresa. Entonces, bueno, pues". Sostiene que no ha hablado con el cantante sobre su juicio con Gabriela Guillén: "Yo es que no entro en esos temas con él, la verdad. Imaginaos que fuese al revés. Yo tengo una relación y vivo situaciones con esa persona y ahora él me está pidiendo explicaciones o no. Somos amigos, nos queremos, pero yo para desahogarme de mi vida tengo otras amistades". Sobre la protección de leyes en la infancia, explica haciendo referencia a el caso de Anabel Pantoja: "Mira, yo creo que esa parte, en cierta forma, es la que está más organizada. Lo único que no está organizado es la mentalidad social. Las leyes están, los protocolos existen y se activan sobre la marcha, en cuanto se detecta algo, desde... Bueno, lo habéis visto, ¿no?, con el caso de... Exactamente. Se activa todo. El problema está en la mentalidad de la sociedad, en el tabú. Yo creo que se han derribado muchos muros, pero todavía quedan muchos temas que cuesta, que es oscuro, que... Que incluso a la propia persona que lo ha vivido le da muchísima vergüenza. Y la vergüenza no puede ser el sentimiento más importante en esto". Confiesa que desconocía lo sucedido con la sobrina de Isabel Pantoja y da su opinión al respecto: "Mira, yo no no había hecho mucho seguimiento del tema, pero es verdad que desde que hubo, no se, les llamaron al juzgado algo así, ha habido como un bombardeo de información. Desconozco absolutamente lo que ha podido pasar y de hecho hay un hermetismo ahí que no se sabe muy bien, entonces no puedo dar una opinión porque yo creo que es algo muy delicado ya no sólo por los padres, que imagínate si si es injusto la situación por la que están pasando, también por ese menor que está en boca de todo el mundo no y no sé es un poco, son cosas que también vosotros deberíais hacer una reflexión en ese sentido intentar no tanto el sacarle jugo a la noticia sino poner el foco donde realmente tiene que estar, la protección del menor. Aunque haya sido por accidente o por como lo que sea, es que ese menor va a crecer y hay muchos titulares y hay muchas cosas. Entonces al final, se pierde un poco el norte". Destaca los valores de su hijo Kike: "Su nobleza y su pureza. Yo creo que es lo que más caracteriza, no solo a quique, a todos los niños con discapacidad que tienen esa transparencia y esa bondad. Muchas veces... Sí, bueno, a veces esos sentimientos, como no los controlan, se puede traducir en otros momentos, que no son tan tiernos. Pero es que son así, ellos son intensos, lo dan todo y entonces lo viven sin filtro. Y eso me parece maravilloso, sobre todo que hoy en día todo es como... Ver a un niño o a una niña que te mira con amor, que te abraza con todo su ser, es fantástico. Y esa es mi fuente de energía total y absoluta. Ni magnesio, ni vitamina c, un abrazo de Kike y ya está. Sistema inmunológico por las nubes". Total Fabiola Martínez PARTE 1 - Fabiola Martínez, muy buenos días. Cuándo el silencio no es una opción. Un libro que te ha ayudado a sanar muchas heridas y abrirte en canal, y además te vemos muy emocionada. - Sí, bueno, hay sobre todo cosas en concreto que me emocionan todavía más, pero bueno, el proceso ha llevado tiempo y estoy muy contenta, la verdad. Creo que he conseguido plasmar en el libro todo lo que he sentido y creo que muchas personas se van a sentir también identificadas con las cosas que cuento. - Te hemos visto nerviosa, se te ha roto la voz muchas veces, te has roto tú, te has emocionado. Hoy es un día importante para ti. Has contado cosas, como ha dicho la compañera, que has vivido, que tienes dentro. Te has emocionado al hablar de cómo se lo contaste a tu hijo, pero ¿cuál ha sido la reacción de tu familia al leer el libro, de tus amigos, de tu familia también por parte de tu exmarido, sus hijas, las hermanas de tus hijos? No sé si nos puedes contar algo al respecto. - Pues mira, como esto ya lleva tiempo, he podido ir preparando poco a poco a todo el mundo. Por ejemplo, con las hijas de Bertín, con Alejandra, Claudia, Eugenia y Ana Cristina, que no es de Bertín, pero que también es como si lo fuera, tuve una comida y se los conté. Y bueno, pues todas me apoyaron, me sentí como arropada, ¿no? Fue como no teníamos ni idea, pues lo típico, claro. Así que ya sabían que yo estaba en ese proceso. - Bertín ya lo sabía entonces, ¿no? - Bueno, yo se lo cuento a ellas. Con él no hablé de voy a sacar un libro, voy a hacer terapia, nada, eso era un tema mío. Pero quería que ellas lo supieran porque sí que pensé si en algún momento este proceso les afecta de alguna manera porque la prensa les pregunta, porque al final... Están en mi entorno. No quería que les pillara de sorpresa. Entonces, bueno, pues fui preparando a todo el mundo. También tengo que decir que en el proceso yo creo que mis padres han sido los últimos precisamente porque... por la dinámica que hemos tenido, ¿no? De silencio. Entonces me costaba más el sentarme con mis padres y hablar de esto. Hasta que me he sentido preparada y he podido verbalizarlo y hemos hablado de algunas situaciones que ellos desconocían, por ejemplo. Así que, bueno, pues en ese sentido ha sido bastante sanador. Y bueno, con respecto a Carlos, bueno a mis hijos, es lo que he contado, he buscado un momento idóneo en el que pudiésemos estar tranquilos, sin distracciones, para yo también poder medir cómo iba a reaccionar él. Y te voy a contar que fue un poco épico, muy bonito, yo espero que él lo viva igual, porque os he dicho que allí es temporada de tormentas y estábamos solos en la playa y entonces empezó una tormenta, empezó a llover y entonces ese momento de abrazarnos, de estar hablando y no sé qué, empezó a llover y entonces la dinámica fue natural, de repente, venga vámonos que nos estamos mojando, no sé qué, no sé cuánto, fue la primera vez que él se bañó en la lluvia, así iba caminando por la calle con la ropa y me decía, mamá es que no estoy bien, dame agua, ya se secará. Entonces bueno, pues no volvimos a redundar en el tema de lo que él estaba contando, pero lo importante él se lo quedó y ya después pasado el tiempo, sí que le dije, oye no hemos comentado nada de lo que te dije, cómo te sientes, tienes alguna pregunta, algo que te incomode, que te inquieta y me dijo, no mamá, así que habrá un momento en el que quizás pase y profundice, pero de momento no. - A raíz de eso has hablado, no de tu caso con él, pero has hablado en plan, oye mira quiero que sepas que puedes confiar en mí si en algún momento sientes abuso, acoso. - De hecho por eso se lo pregunté, por eso le pregunté si él había vivido, le expliqué las estadísticas, le dije mira yo no soy una cosa especial, es que somos muchas víctimas y yo no sé si en algún momento tú has vivido una experiencia como ésta. Él me dijo que no y a partir de ahí pues claro que tengo esa conversación, pues oye cualquier cosa que yo estoy aquí, que yo te voy a entender, que yo te apoyo, te cuido, te protejo y siempre le digo, como alguien te haga algo, es que lo mato, porque me sale a madre leona. - La infancia tiene que estar protegida pues por las leyes, por profesionales, que a la mínima señal den la voz de alarma porque cuando somos tan pequeñitos, con cinco años en tu caso, a veces incluso bebés pues estamos muy desprotegidos, ¿no? PARTE 2 - Mira, yo creo que esa parte, en cierta forma, es la que está más organizada. Lo único que no está organizado es la mentalidad social. Las leyes están, los protocolos existen y se activan sobre la marcha, en cuanto se detecta algo, desde... Bueno, lo habéis visto, ¿no?, con el caso de... Exactamente. Se activa todo. El problema está en la mentalidad de la sociedad, en el tabú. Yo creo que se han derribado muchos muros, pero todavía quedan muchos temas que cuesta, que es oscuro, que... Que incluso a la propia persona que lo ha vivido le da muchísima vergüenza. Y la vergüenza no puede ser el sentimiento más importante en esto. - ¿Qué consejo le das tú a todas estas personas que estén viendo o que vayan a ver esta rueda de prensa y que hayan pasado o estén pasando por lo que tú pasaste en tu infancia? ¿Qué consejo le darías que te hubiera gustado a ti, que te hubieran dado en ese momento? - Yo creo que lo más importante es no sentirse solo. O sea, yo lo que les diría es que no están solas y no están solos. Somos muchos. Y si necesitan hablar, necesitan liberarse, todos tienen su proceso y su momento. No se trata de que ahora todo el mundo tiene que contar, ¿no? Pero sí que creo que es fundamental, sintiéndote acompañada o arropada, y hablo en femenino porque es mi caso, sentir que no se te va a señalar. Esa es la otra parte que más cuesta, que cuando por fin das el paso de hablar, que te respeten. - Y expresarlo, ¿no? Porque a ti te ha servido mucho el libro para quitártelo de encima. Sabes que también hay mucha gente, muchas mujeres que también están haciendo lo mismo. Creo que ya te hemos preguntado en alguna ocasión. Creo que Gaby también ha contado algo parecido que también le pasó en la infancia. Sois muchas, como tú has dicho. - Pues es que no me extraña nada. Las estadísticas están ahí. Una de cada cinco niñas y uno de cada seis niños. O sea, es bestial. También quiero que tengáis claro una cosa. Esto no es una cuestión de, haciendo referencia a lo que me acabas de decir, de Latinoamérica, que parece que es algo del tercer mundo. Es que eso pasa aquí, aquí, en nuestro entorno. Entonces, bueno, pues creo que es importante dar altavoz. - Y un poco de clases, ¿no? De clases, en todas las casas. O sea, no estamos hablando de la clase baja. - Tampoco, esto es... Conozco muchas situaciones muy complejas y no tiene que ver con el estatus económico. - Y a veces incluso es peor, ¿no? - Bueno, no sabría decirte porque, claro, no es mi experiencia. - Me refiero porque ahí parece que empieza más el apellido, el... - ¿Pero te refieres al tema del abuso en sí o del silencio? El silencio en general es... Mira, yo crecí en un entorno donde... Tonto el último. Así. O sea, desde un plato de comida, que el que comía primero, el que llegaba, pillaba lo mejor. Y todo era así. Ahí era mucho más fácil, ¿no? Aparentemente. Porque como todos estábamos en modo supervivencia, pues, ¿qué más daba decirlo? ¿A quién le importaba que te pusieran la cara colorada en la calle? Y aún así, hubo silencio. Entonces, no creo que tenga que ver en absoluto con el estatus económico. Yo creo que es una cuestión cultural. Es una cuestión de... Bueno, de la costumbre de la apariencia, que todavía sigue pesando mucho. Entonces, bueno, pues creo que ya estamos en un punto en el que cada vez eso nos pesa menos. Y yo creo que hay que empoderar a la víctima. Hay que empoderarla. O sea, hay que dejar de revictimizar. No somos frágiles. Hemos vivido una situación jodida. Muchas veces no tenemos las herramientas para salir de ahí. La propia familia tampoco favorece, porque nos niegan muchas veces la situación. Y esa es la revictimación. Al final, quien lo sufre ya de adulto, se retira del entorno familiar, pero sigue su vida. Entonces, no pensemos que son personas frágiles o que somos personas frágiles que nos quedamos en una esquinita esperando a que todo el mundo diga, hay pobrecitas que han sufrido abuso. No, no es así. Pero necesitamos que la sociedad y que las propias familias nos crean, nos apoyen. PARTE 3 - Has hablado también de cómo afectó este episodio en tu vida ya más adulta, con tus parejas. Has dedicado unas bonitas palabras en tu relación por parte de Bertín de tus hijos, has dicho que fue la relación más sana que has tenido. No sé en qué punto estáis ahora, Fabiola, porque siempre que os vemos, vemos esa complicidad. Y si él, el día de hoy, que está siendo para ti muy emotivo, pues te ha escrito un mensaje de apoyo. - Él que no sabía que hoy era la presentación. - Se van a enterar ahora cuando te vean. - Es verdad que, a ver, esto no era un evento para todo el mundo, era una rueda de prensa específica para no desviar demasiado la atención. Así que, no sé, supongo que si luego lo ve, seguramente me escriba. - Recientemente os habéis visto, ¿no?, por el cumpleaños. - Sí, claro. - La mayoría de edad, cuéntanos cómo fue la celebración. - Muy familiar, como siempre. O sea, nosotros nos juntamos. Es verdad que todos hicieron un poquito el esfuerzo, porque Bertín... Por eso lo hicimos antes, porque Bertín se tenía que ir por trabajo de viaje. Y nada, ahí nos reunimos, compartimos, charlamos de las cosas cotidianas y ya está. - Un vídeo muy emotivo, el que colgaste para felicitar a Quique, donde vimos ese mensaje. - Sí, porque quería que se viera ese recorrido. ¿Sabes cuántas veces me han dicho? Ya, pero es que mi niño está peor que el tuyo. Eso algunas madres lo dicen. Y digo, vamos a ver, a todos nos duele nuestro hijo, esté como esté. Entonces quería que se viera que era... Quique cuando nació era un renacuajo así, chiquilín, que tenía un montón de cables por todos lados. Y esa es de cuando le dieron el... O sea, cuando pasó de la UCI a planta, no era cuando estaba en UCI. Y ahora este señor que tenemos, de 18, mide lo que yo, pesa, yo qué sé, menos que yo, pero es grandote y ahí está. - ¿Qué destacarías de él? Ya, un hombre con sus 18 años. - Su nobleza y su pureza. Yo creo que es lo que más caracteriza, no solo a Quique, a todos los niños

Relacionados