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El Rey Felipe VI inaugura un encuentro de Academias Iberoamericanas de la Historia en Trujillo

Ficha técnica


Fecha 04/10/2024
Parte 1
Duración 00:08:28
Sonido Totales y Ambiente
Edición Bruto Compactado
Localización Trujillo
Firma Europa Press

El Rey Felipe VI inaugura un encuentro de Academias Iberoamericanas de la Historia en Trujillo. A su llegada, El Rey es recibido entre vitores del público que aclama "Viva el Rey". El Rey saluda a las autoridades presentes y posa para las diferentes fotos de familia. Además, se paró con alumnos de un colegio de la localidad a la salida del acto inaugural y posó para la foto con varios de los niños. Durante su discurso, el rey Felipe VI ha considerado que el "foco" de la relación con Iberomérica "debe orientarse hacia el presente, para así preparar o construir un futuro aún mejor, de mayor provecho compartido, de mayores oportunidades". Además, Felipe VI ha recordado que este año 2024 se cumple una década de su reinado, y ha señalado un fragmento de su discurso de entonces, que hoy "mantiene su vigencia plena", en el que señalaba que "con los países iberoamericanos nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad", así como "lazos económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global". Discurso del Rey Felipe VI Presidenta de la Junta de Extremadura. Gracias por tus palabras de bienvenida, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes del Gobierno. Alcaldesa de Trujillo también. Gracias por tu bienvenida, querida directora de la Real Academia de la Historia, Carmen, gracias por esa magistral conferencia inaugural que hoy nos has regalado en esta importante cita. Presidente de la Fundación Obra Pía de los Pizarro. Gracias por acogernos aquí presidentes y directores y miembros de las academias de la historia de los países Hermanos de América, Autoridades, señoras y señores, queridos representantes de las academias hispanoamericanas de la historia Bienvenidos, bienvenidos a España que siempre os acoge y os acogerá con los brazos y el corazón abiertos y bienvenidos aquí a Extremadura y a Trujillo. Una tierra y una ciudad tan vinculados como bien saben con América tiene un gran significado que la primera jornada de este encuentro se celebre en esta ciudad tan cargada de historia y cuya propia arquitectura bien la refleja como el Palacio de los Barrantes Cervantes, levantado hace más de cuatrocientos años y que hoy sigue siendo uno de los ejes de la vida y la cultura de Trujillo. Quiero reconocer la labor de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, en cuya sede nos encontramos por propiciar encuentros y diálogos sobre España y América. Una labor que lleva haciendo más de una década y que este año alcanza su más alta y amplia dimensión. Gracias también a la Real Academia de la Historia por crear junto a las academias hermanas, del hemisferio americano, un espacio para avanzar juntos, conocernos y comprendernos cada vez mejor como sociedades y como países. De aquí saldrán, estoy seguro, proyectos compartidos sobre la base del respeto a nuestros vínculos y a nuestra diversidad, y de esos temas, nuestros vínculos, nuestra diversidad quería hacer alguna reflexión este año, Por cierto, dos mil veinticuatro se cumple. Como sabéis, una década de mi reinado, desde la proclamación ante las Cortes Generales, rescato de mi discurso de entonces unas palabras que si entonces pronuncié con toda convicción, hoy mantienen su vigencia plena con los países iberoamericanos. Nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad en las últimas décadas. También nos unen lazos económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global. Pero sobre todo nos une nuestra lengua y nuestra cultura compartidas. Un activo de inmenso valor que debemos potenciar con determinación y generosidad. Cómo glosar todo aquello que nos une sin caer en lo que una asamblea de historiadores ya de sobra conoce por haber dedicado su vida a estudiarlo, podría comenzar citando también al Inca Garcilaso, el escritor e historiador, de padre español y madre india, cuando proclamó orgulloso, se proclamó orgulloso de ambas naciones tengo prendas. O podría aludir a la primera Constitución española, la de mil ochocientos doce, cuando en su artículo primero hace reposar nuestra identidad en ambos hemisferios o referirme a la lengua española con sus cerca de seiscientos millones de hablantes y a nuestra historia compartida con sus frutos en ciencia, urbanismo, letras, artes o pensamiento y claro, sus conflictos y disputas. Podría hablar también de viajes, de comercio, de comunicación de toda la cultura que desde fines del siglo XV fluyó por las arterias que conectaban al mundo en la que se ha dado en llamarse la primera globalización, con ejemplos como la llamada Carrera de Indias, que unía España y América partiendo de Cádiz y llegando a Veracruz, o el Galeón de Manila que unía el archipiélago filipino con la nueva España. Pero no me extenderé más por esos caminos, pues los sé ya ampliamente recorridos por quienes esta asamblea. Aunque ciertamente, en esa tarea tan apasionante siempre quedarán cosas por conocer, descubrir o recuperar. Recordaré sólo o además, a modo de síntesis, que la cultura es la piedra sobre la que se levanta nuestra hermandad, el elemento que realmente vertebra nuestra identidad. Y así lo concluimos en el encuentro llamado Repensar Iberoamérica construyendo el futuro, celebrado en Veracruz en el año dos mil catorce. Somos los iberoamericanos una unidad en la diversidad, una cultura de culturas.Nuestra relación es tan honda que nos permite incluso hablar con franqueza de nuestras posibles discrepancias, inevitables por lo demás en tantos siglos de historia compartida, pero siempre desde el respeto basado en la amistad. No olvidemos que en este tiempo actual de grandes desafíos globales que requieren del esfuerzo coordinado de todos, el foco de nuestra relación debe orientarse hacia el presente para así preparar o construir un futuro aún mejor, de mayor provecho compartido de mayores oportunidades. Por eso lo esencial es tomar impulso en tanto que nos une en nuestras afinidades, fin de cuentas, alcanzar respuestas pragmáticas, útiles, equilibradas, respuestas que lleguen a todos. Este encuentro de historiadores es otro ejemplo en el ámbito de las humanidades de lo que podemos hacer todos juntos. Vosotros, representantes de las academias de la historia, lo coláis de sentido con vuestra presencia, con vuestro espíritu científico, ese que libre de [prejuicios], de prejuicios e intereses, permite analizar, interpretar, coincidir o discrepar siempre desde el rigor y el entendimiento de cada contexto histórico. Así que os deseo, por supuesto, un encuentro exitoso, provechoso, que también disfruten de la ciudad de Trujillo, de Extremadura, también de Madrid, que sea un tiempo y un lugar para la concordia, para la hermandad y el cultivo de nuestra hermosa disciplina de vuestra hermosa disciplina, sin más fin que ahondar en ella y difundirla. Que vuestro trabajo como historiador es trascendental para la sociedad pueda siempre resumirse en estos dos versos de nuestro querido y admirado Octavio Paz, que tuve la fortuna de poder conocer, escuchar y, por supuesto, como prácticamente todos aquí, de leer la cita. Dice así saber partir el pan y repartirlo el pan de una verdad común a todos.

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