Ficha técnica
Bárbara Rey, muy feliz con la publicación de sus memorias: "Estoy muy contenta y el libro es muy bueno, aunque hay alguna persona que se empeñe en decir pues alguna cosa, como por ejemplo, que no lo he escrito yo, lo hemos escrito a medias, la editorial y yo". La actriz asegura que no tiene miedo de lo que pueda pasar: "Yo no soy miedosa. Lo he demostrado a lo largo de mi vida". Bárbara Rey nos dice a quién dedica su libro: "El libro se ha dedicado a mi padre y, por supuesto, a toda la gente que me quiere. Y hasta a los que no me quieren también. Eso está dedicado. Pero mi padre es el hombre fundamental, el pilar de mi vida" Total Bárbara Rey: - Bueno, ya no sé, ya no sé ni qué hacer. Bueno, iba a salir corriendo, pero para qué? No puedo hacer publicidad, pero es que me estoy emborrachando, como de costumbre. - Muy bien, eso está fenomenal. ¿Cómo te has sentado que no te dejen presentar las memorias en la Casa América, Bárbara? - Mañana os lo contaré todo, aunque vais a estar allí. - Ay, pero es que no queremos esperar a mañana, danos un pequeño anticipo para la familia de la tele, que estamos en directo. - Es que ahora mismo no sabría qué decirte, porque esto es algo que lo organizaron la editorial, Plaza y Janet, y en lo que yo no he tenido nada que ver, entonces... - Pero tú di lo que piensas, Bárbara, sincérate, con nosotros, en directo, en la familia de la tele. - Hija mía. Bueno, yo lo único que puedo decir es que, bueno, que no me parece normal ni lógico, pero bueno, ellos tendrán sus motivos. Espero que algún día den una explicación, porque ya estaba concretado y estaba reservado y todo, que no era una cosa de decir no tenemos sitio ahora de golpe. - Es que ha habido una mano negra, Bárbara. Y - o no... últimamente como llevo gafas no veo colores. - Emocionadísima, ¿no? - No me preguntaría más cosas así, tenebrosas. Estoy muy contenta y el libro es muy bueno, aunque hay alguna persona que se empeñe en decir pues alguna cosa, como por ejemplo, que no lo he escrito yo, lo hemos escrito a medias, la editorial y yo, y fenomenal. - El primer capítulo se llama El cerdo. ¿Es verdad? - Pero no... Sí, se llama así, pero es por un motivo que yo no estoy llamando a cerdo a nadie. - ¿A quién va dedicado? - A mi cerdo, a mi cerdo, un cerdo que teníamos. - ¿Confirmas entonces que lo has escrito íntegramente tú, que son tus memorias? - No, no, no, no. Lo hemos hecho entre una persona de la editorial y yo. No, no, que va, que va. Qué tontería, todo lo que pone ahí no lo he dicho en la vida. Eso no lo pueden sacar de ninguna entrevista, porque lo que pone ahí, el 80% no lo he dicho en mi vida. - ¿Tienes interés en que alguien en concreto lea el libro? - No te perdono. Nunca he tenido miedo a nada. Yo no soy miedosa. - Eso es lo importante. ¿Eh? - Yo no soy miedosa. Lo he demostrado a lo largo de mi vida. - Has dicho que él tiene más que hacer que lea libros, Bárbara. - ¿Qué, cuéntame? Es que hay veces que se hagan las cosas de contexto. No sé cómo abrir la puerta, ¿eh? - ¿A quién se lo le dedicas, Bárbara, el libro? Y si te parece que lo lee alguien especial. - El libro se ha dedicado a mi padre y, por supuesto, a toda la gente que me quiere. Y hasta a los que no me quieren también. Eso está dedicado. Pero mi padre es el hombre fundamental, el pilar de mi vida. - ¿Se va a sorprender la gente como tu hijo cuando lo lea? - No tengo ni idea. Que lo lean, que lo lean, que les va a gustar. Estoy convencida, de verdad. - ¿Hay algún capítulo, Bárbara, que no hayas publicado, por ejemplo, que te hayas arrepentido? - Si me arrepiento de algo, ya te lo contaré. - Muy bien, fenomenal, Bárbara. Pues que te dejen guapísima. - Yo creía que ya estaba. - Tú estás siempre guapísima. Oye, Bárbara, ¿me puedo ir contigo a la peluquería? Es que yo estuve ayer, pero me tienen que arreglar un poco el pelo, que es que aquí con tanto calor se me ha estropeado. - Qué carita más dura tienes. Soy más descarada por lo joven que eres, ¿eh? Bien espabilada estás, ¿eh? Pero si quieres que te invite a la peluquería, te invito. Tengo uno de los mejores peluqueros. - ¿Me invitas entonces o no, Bárbara? - Otro día, otro día. - Gracias. Así vamos charlando tú y yo, sin cámaras. - Sí, no tengo otra cosa que hacer.
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