Ficha técnica
Pedro Ruiz desvela cómo se encuentra su amigo Raphael: "Está muy bien. He comido con él hace poco y celebro que vuelva a los escenarios". El actor asegura que no le sorprendió lo bien que se encuentra el cantante: "No, yo no, porque ahí le conozco. Sé de qué va el asunto. Tened en cuenta que Raphael, cuando el trasplante de hígado, yo tuve algún pequeño papel que representar ahí y la primera charla que concedió vino a hablar conmigo en 'La noche abierta'. He comido en su casa hace poco con Natalia y con sus hijos y el plan era volver. Y como se lo han permitido, estoy muy contento. Raphael dignifica la palabra artista. Y en el escenario renace, es su placenta. Y hace bien en hacerlo. Uno tiene que hacer lo que quiere hacer cada momento si no daña a los demás". Pedro Ruiz presentaba su nuevo espectáculo 'Mi vida es una anécdota by confidencial' y se mostraba anti tecnología previo al corte de luz ayer: "Yo tengo un teléfono analógico y lo que hago en las redes... Sí, está por ahí. Sí, mira, ahí lo tienes. Sí, yo tengo un teléfono analógico. Y lo que hago en las redes lo considero una parte del trabajo. Lo hago por teléfonos de gente que trabaja conmigo y lo mismo que cuando hago televisión no me llevo las cámaras a casa, no me llevo la cámara", "No tengo WhatsApp, no tengo WhatsApp ni lo quiero. Sí tengo una cuenta en Instagram con muchos seguidores, y en Twitter, hoy X, y en Facebook, pero para hablar de cosas del trabajo, ya que ahora mismo cuando haces un teatro, publicar publicidad en los periódicos es muchísimo menos rentable y menos visto que hacer una cosa en las redes. Pero lo tomo como una parte del trabajo". En cuanto a cómo ve la televisión en la actualidad, Pedro asegura que no está de acuerdo con programas como el de María Patiño y Belén Esteban: "No tengo nada contra ellos personalmente, nada absolutamente, pero contra el concepto sí, yo creo que la televisión pública no está para eso". Consideran que los medios nos manipulan: "Permanentemente, todo el día, siempre y casi todos, menos el silencio". Total Pedro Ruiz: - Pedro, mi vida es una anécdota. - Sí, tu nombre es Cristina Sánchez. Mi vida es una anécdota, la tuya también, la de la humanidad incluida, porque no somos más que una pequeña infección del planeta, lo demás es que nos damos mucha importancia. - ¿De dónde surge este espectáculo? - Pues de 50 años de trabajo, de 50 años de teatro, de canciones, de televisión, de libros... Y de llegar a este punto, este no es mi último espectáculo, esto es un punto seguido para otras cosas, pero he hecho un pequeño rellano para recordar cosas que me han ocurrido a mí y a la gente que han compartido conmigo la vida. No es una conferencia, es un espectáculo muy divertido. - Y a la hora de seleccionar, ¿en qué te has basado? Porque 50 años... - 50 años no es nada, yo estoy empezando. Me he basado en hacer un buen plato combinado, en que haya zanahoria, chorizo, lechuga, que haya patata, que haya mayonesa, porque creo que los platos combinados dan buen sentido. Con un fondo claro, y es que no quiero dañar a nadie, pero sí generar concordia. Creo que a este país le hace falta mucha concordia ahora y yo no milito en el equipo A, en el equipo B ni en el equipo X. No me gusta nada, solo milito en la concordia. - Siempre has sido un hombre libre. - Lo intento, decir que lo soy es una pretensión muy grande. La libertad sobre todo es en silencio, pero la práctica de las libertades que tenemos no debemos abandonarla, porque si no el poder... Yo creo que ahora estamos en lo que yo considero la dictadura digital. Y como he dicho muchas veces, hay que pagar con dinero metálico, porque cada vez que usas la tarjeta es una prueba contra ti. Entonces, esta dictadura digital en la que vivimos, a mí me parece lo peor que ha ocurrido en mi cortísima existencia. Porque no ha habido un dictador en la historia de la humanidad que tuviera el 1% de la información de los demás que ahora tienen gratis. Y la gente vende sus datos, o los regala, a cambio de ver la cara de su novia cuando está en la cama, o viceversa. Me parece un pago muy caro por una ventaja tan corta. - No eres tú del mundo digital. - Yo tengo un teléfono analógico y lo que hago en las redes... Sí, está por ahí. Sí, mira, ahí lo tienes. Sí, yo tengo un teléfono analógico. Y lo que hago en las redes lo considero una parte del trabajo. Lo hago por teléfonos de gente que trabaja conmigo y lo mismo que cuando hago televisión no me llevo las cámaras a casa, no me llevo la cámara. - ¿No tienes WhatsApp? - No tengo WhatsApp, no tengo WhatsApp ni lo quiero. Sí tengo una cuenta en Instagram con muchos seguidores, y en Twitter, hoy X, y en Facebook, pero para hablar de cosas del trabajo, ya que ahora mismo cuando haces un teatro, publicar publicidad en los periódicos es muchísimo menos rentable y menos visto que hacer una cosa en las redes. Pero lo tomo como una parte del trabajo. - ¿Qué te parece el mundo influencer? - Bueno, depende, en mí no van a influir. Ellos sabrán, si influyen para bien, bien, y si no, ya serán cancelados por la realidad, que a veces tarda en imponerse, por cierto, la realidad también es un complot. Cuando uno amanece y viene al mundo aparece en un decorado que le han montado, no para que haga su vida, sino para que cumpla lo que ya le tienen preparado. Esta instrucción, la mili, circular por la derecha, llevar cinturón de seguridad, bla, bla, bla, bla, bla. - Me da la sensación de que comentas que no hay mucha libertad cuando a ti te llamaron, que a ti te dijeron que fuiste de los primeros que metió la libertad de expresión en este país. - Fui un inconsciente que hice un espectáculo aquí en Madrid el 11 de marzo del 74, que es lo que conmemoramos con estos 50 años de espectáculos en libertad. Me trajeron de Barcelona, donde había más libertad que en Madrid en ese momento, yo soy de allí, de Barcelona, y vine a hacer un espectáculo al Club Siglo XXI, Hotel Eurobuilding, aniversario del club, 11 de marzo del 74, 600 personas, el presidente del gobierno de entonces, Arias Navarro, la hija de Franco, los miembros del Opus, de Falange, lo digo como definición, no como opinión, todos los embajadores, etc. Y aquello que iba a ser la proclamación de la libertad el 12 de febrero se convirtió en un escándalo, porque el espectáculo duró tres veces más de lo convenido, se paró, hubo muchas protestas, fuera, que se vaya, que se calle. En fin, yo no estrené la libertad de expresión, fue el primer inconsciente que aterrizó en el búnker, y a partir de ahí se burló una pequeña leyenda en mi torno. - Y a partir de ahí dijiste, pues ahora más. - No, tampoco soy hombre de retos. Mira, hay una frase que recuerdo en el espectáculo este que hago, que reitero, es muy variado y muy divertido, que le oí a mi madre teniendo yo nueve años. Un político de Barcelona, del barrio, la estaba reñiendo, pero de una manera amable, pero la reñía. Yo tenía nueve años, estaba de pie al lado de mi madre, y en un momento determinado mi madre paró al político y le dijo, mire usted, yo soy libre porque lo decido yo, no porque me lo permita usted. Y yo que lo escuché con nueve años pensé, pues me voy a parecer a mi madre, y la sigo honrando. - Hablemos un poquito más del espectáculo. ¿Qué vamos a ver? - Pues más de 60 filmaciones en una pantalla enorme, a mí cantando con dos guitarras y parodiando personas, pero siempre en función de contar hechos que nos unen a todos. Porque lo importante no es que tú conozcas al presidente del Gobierno del que hablo, o al rey, o a la cantante, o al actor, al futbolista, sino lo que ocurre. Lo importante es el qué, no a quién, a quién a veces también. Si viene gente joven, que a veces en los sitios que he estado viene gente joven, no importa que no sepan mucho de Felipe González, me pasó una cosa con él, o me pasó una cosa con Camilo José Cela, en la entrega de los Nobel que estuve yo allí. En fin, se trata de hacer un caleidoscopio, un plato combinado de distintos sabores, pero con muy buen rollo, para salir divertido, aliviado y reconocido. - ¿Cuál es tu anécdota favorita? - Hay una con la que termino, que es una entrevista que hice en japonés, sin saber japonés, pero no la puedo contar aquí, porque entonces estropeo el final del espectáculo. Sí, es una charla con un gimnasta japonés que se llamaba Toshiro Kenmotsu, que había sido elegido, bueno, elegino no, ganó el campeonato del mundo en el año 70. - Me da la sensación, perdóname por la palabra, que eres un jeta. - ¿Que yo soy un jeta? No, todo lo contrario. No hay nadie más alejado de un jeta que yo. No, no, yo soy una persona muy seria, con mucho respeto a los demás y no me paso ni un punto nunca, pero quiero que mi libertad sea mía y no de quien me administra. - Como dijo una buena señora. - Como dijo mi madre. - Yo quiero que me cuentes un poquito más de las anécdotas que has tenido, por ejemplo, con Lola Flores. - Lola Flores me hizo el honor de formar parte de 8 o 10 personas muy conocidas que presentaron un disco mío, lo que fue Maite Comodore, y luego tuve relación con ella. Y aquella cena fue muy especial. Como todos dirán que es especial estar con Lola Flores, la conocí de muchas más cosas. Los primeros pendientes que perdió los perdió en un programa mío de televisión en Barcelona que se llamaba 'Viaje al fondo D'. Luego perdió los de Íñigo, etc. No, pero antes perdió los míos. Es más, se los robaron. Se los robaron en Barcelona y estuvo dos días pidiendo por Barcelona que se los devolvieran. Habíamos rodado la primera parte de la entrevista y apareció con los pendientes. La segunda parte se rodaba el día siguiente. Y no se pudo rodar porque había perdido los pendientes. Se tuvo que comprar unos de bisutería para que hubiera racor, como se dice. Y al cabo de dos días aparecieron los pendientes en un confesionario. Nunca se ha hablado de esto, pero las primeras joyas que le robaron a Lola Flores fue en mi programa 'Viaje al fondo D'. en San Cugat, Barcelona. - ¿Se llegó a coger a los ladrones? - No, se encontraron los pendientes en un confesionario, o sea que los devolvieron. - Ahora mismo, por ejemplo, ¿con qué personaje te gustaría tener una anécdota para un futuro espectáculo? Por ejemplo, hay personajes como Lola Flores. - Cristina, yo no soy mitómano. Yo no tengo ni obsesiones, ni soy un jeta, ni deseo estar en una fiesta. A mí me da bastante igual. Yo consumo mi libertad desde la discreción y no tengo sueños excesivos. Cuando me preguntan, ¿quién te ha impresionado más? Pues mucha gente, una de la calle. Yo prefiero tener una conversación con alguien de la calle que con alguien como yo, que tenemos el mismo discurso todo el puto día, diciendo las mismas putas cosas y que nos repetimos hasta la saciedad. O sea que, por ejemplo, en la noche abierta me han preguntado, ¿quién te impresionó? Pues me impresionó mucha gente, pero yo no estoy esperando. Me dicen, ¿a quién entrevistarías? Uno, yo no soy periodista, soy artista. Dos, no tengo obsesiones. Y si digo a alguien que me impresionara, pues el padre Vicente Ferrer, que el día que vino estaba en la televisión como si estuviera sentado en un bordillo. Y eso es un gesto de naturalidad y de hondura que aprecio mucho más que tener un discurso aparentemente divertido. - ¿Te sientes querido por la gente? - Sí, me siento muy respetado. Me siento muy respetado porque entre la popularidad, la fama y el prestigio, yo solo busco el prestigio. No digo que lo tenga, pero yo me siento muy querido y valorado por la gente que me pregunta que por qué no hago más cosas, que por qué no hago más televisión, lo cual no es una cosa que dependa de mí, yo presento proyectos permanentemente a la televisión pública. Hace un año y pico pude hacer un programa y ahora todavía no hemos cerrado, algo que me prometió el actual presidente que era recuperar la noche abierta en la 2, de repente ahora está más ocupado en otros avatares. - ¿Cómo está la televisión pública ahora mismo? - En manos de los que mandan como siempre, aquí, ahora y en todos los lugares, pero esto no es novedad, hay que contar con ello, yo no puedo hacer televisión pública si no hablo con el que manda y al que manda le gusto o no le gusto o me lo prohíben o no me lo prohíben, de momento me dejaron hacer un programa, desde luego en los nuevos formatos que anuncia yo no compareceré. - ¿Te sorprenden personajes como Belén Esteban, María Patiño en la 1? - No tengo nada contra ellos personalmente, nada absolutamente, pero contra el concepto sí, yo creo que la televisión pública no está para eso. - ¿El público lo demanda? - No, el público no demanda nada, ahora mismo no estoy hablando de televisión española ni de José Pablo López con el que tengo una buena relación, el gran problema de la televisión, uno de los muchos, es que no se hace lo que el público quiere, se hace que el público quiera lo que ellos quieren, no es lo mismo. - ¿Nos manipulan? - Permanentemente, todo el día, siempre y casi todos, menos el silencio. - ¿Y qué hacemos? - Ah, no lo sé, yo voy a hacer este espectáculo, lo voy a hacer aquí tres días y es un espectáculo muy divertido para fugarse un poco de la realidad, no por ser libérrimos, pero por lo menos por tener derecho a pegarse a una sauna de la realidad de todos los días. - Como te he preguntado antes, tenemos ahora la piel más fina, la hora de hacer un chiste, hacer espectáculo, pensamos las cosas dos veces por lo que nos puedan decir a quién podemos seguir. ¿Te sientes con la misma libertad que como lo hacías en aquella noche? - Yo sí, desde luego, lo que pasa que ahora mismo no tengo ganas de faltar ni heir a nadie, estoy en la Concordia, pero tú que eres Cristina Sánchez y tienes nombre de torera, pues entenderás que el riesgo viene sobre todo de nuestro miedo, el que tiene miedo, el que maneja el miedo, maneja el mundo, por miedo te pones en marcha para llegar a fin de mes y por miedo te quedas callada para que no te eche tu jefe, el que maneja el miedo, maneja el mundo y el mundo lo manejan cuatro mil fortunas o las que sean, que a los políticos les asustan con el miedo de que pierdan dinero, esto es lo que hay. - Sabes, también me ha sorprendido de que nunca hayas votado. - Pues estoy muy contento de no haber votado, estoy muy satisfecho porque respeto la opinión de los demás, pero no quiero que nadie me pueda prohibir con mi voto en la urna a su favor, que les conozco muy bien a todos. - Pero hay que votar, Pedro, es la única forma que tenemos de protestar. - Respeto tu opinión, pero digo lo siguiente, si entras en una tienda de electrodomésticos y ningún electrodoméstico te gusta y sales sin comprar desde fuera con tus impuestos estás pagando la tienda entera. Ergo, tienes derecho a hacer lo que te salga del pinganillo. - ¿Cómo ves el mundo actual ahora mismo? - Pues es un mundo que se pregunta qué hace aquí, a dónde vamos. Cuando una persona como Donald Trump llega a la cumbre, indica que cualquier otra cosa puede pasar. No es un gra
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