Ficha técnica
El padre Ángel le regala a Ortega Cano una bufanda del papa Francisco: "sí, cuando a veces vamos por ahí y alguien te regala algo y no tienes nada que regalar porque no llevas nada. Incluso cuando fui a ver al papa Francisco, con quien estuve casi una hora, dije, no tengo nada que regalarle, pero le doy la bufanda. Y enseguida la cogió, se la puso, y de vez en cuando pues hoy no tenía nada que regalar más que la bufanda que tenía ese día Ortega Cano". El padre Ángel no descarta de Ortega Cano pueda volver a enamorase: "para enamorarse lo único que hace falta es que te entre ese tilín de eso. Pero todos estamos enamorados, si no de personas, de cosas, de proyectos". El padre Ángel nos asegura que estaría encantado de casar a Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan: "sería feliz, estoy feliz siempre casando, bendiciendo, menos enterrando, pero también a veces he tenido a mucha gente que he despedido últimamente, a un amigo Aldo, que se ha ido de repente, o a personas famosas y no famosas". Total Padre Ángel: - Bueno, qué tarde tan bonita, ¿no, Padre? - Bueno, siempre. Celebrar diez años de su aniversario. Es, sobre todo, una iglesia abierta en donde tantas personas han venido a bautizarse, tantas han venido a empadronarse para poder cobrar esa paga mínima y tantas han venido, sobre todo, a pedir consuelo, a rezar a la Virgen y a su Jesús, al Jesús de los niños, ¿no? No, yo estoy feliz. Y emocionado y, además, creo que se ve la cara de felicidad que tienen todos los que llegan aquí. Aquí a veces llegamos con una cara un poco compungida, un poco triste, pero nadie sale de aquí sin una sonrisa. - Bueno, y felicidades para usted también, que ha estado de cumpleaños hace poco. - Bueno, los años se van cumpliendo. Yo creo que la felicidad es a Dios y a los padres que nos han traído, ¿no? La madre Teresa Calcuta, que la tenemos aquí desde el inicio, a ella tanto como a Vicente Ferrer, ella decía que la vida que era preciosa, que había que vivirla, que había que cuidarla y que había que compartirla. Y eso es lo que hemos querido hacer en estos casi 90 años que llevamos. - Hemos visto que le ha regalado usted a Ortega Cano la bufanda del mismo Papa, ¿no? - Sí, cuando a veces vamos por ahí y alguien te regala algo y no tienes nada que regalar porque no llevas nada. Incluso cuando fui a ver al Papa Francisco, con quien estuve casi una hora, dije, no tengo nada que regalarle, pero le doy la bufanda. Y enseguida la cogió, se la puso, y de vez en cuando pues hoy no tenía nada que regalar más que la bufanda que tenía ese día Ortega Cano. - Gran colaborador, ¿no?, de mensajeros de esta iglesia. - Sí, desde el inicio siempre ha sido colaborador de la iglesia. Yo creo que en esta iglesia... Y me iba a atrever a decir que no hay nadie que no haya colaborado. Cuando voy por esos mundos de Dios y me encuentro con obispos, con cardenales, con presidentes de partidos o de gobiernos, siempre les doy la tarjeta de cuando vayáis a Madrid ir a ver la iglesia. Y todos dicen, ya hemos estado. Y todos han conocido y conocen esta iglesia, yo creo, primero a través de los medios vuestros de comunicación y también porque cuando vienes a Madrid, lo más importante que hay en Madrid es la iglesia de San Antón. - con la voz que tiene Ortega Cano sería bueno para el coro los domingos - Pues sí, pues se lo voy a decir, a ver si vienen a misa todos los domingos. Yo no sé si vienen todos los domingos. Pero tiene una voz potente y además le encanta cantar, le encanta bailar. Yo creo que es una de las personas que le encanta gozar. Y que ha hecho gozar a muchas personas con su maestría de toreo. Yo creo que las personas que nos han hecho reír y gozar hay que hacerles un monumento, ¿no? - Padre, ¿se ha separado Ortega Cano hace unos meses? le ve ilusionándose de nuevo. ¿Cree que es posible que se vuelva a enamorar? - Claro que sí, sí. Hay gente que se enamora a los 80, a los 90. El todavía no debe llegar a los 80, a los 90. No, para enamorarse lo único que hace falta es que te entre ese tilín de eso. Pero todos estamos enamorados, si no de personas, de cosas, de proyectos. Es decir, el Papa Francisco, en la última vez que había estado, había regalado un libro que él mismo escribió durante la pandemia y decía, tenemos que soñar. Y cuando salí, dice, Ángel, tú y yo tenemos que seguir soñando. Y ahora, cuando estuvo tan malucho, yo estuve abajo en el hospital donde estaba él y recordaba mucho y le decía, hay que seguir soñando y queriendo vivir. Y el Papa sigue soñando y queriendo vivir y queriendo ser Papa. - Ha casado usted a muchísima gente, Padre Ángel. Esto es indudable, tanto famosas como no. Ahora se nos vuelve a casar Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirján. ¿Se atrevería a darle usted, si quiero, el sagrado cumpleaños? - Sería feliz, estoy feliz siempre casando, bendiciendo, menos enterrando, pero también a veces he tenido a mucha gente que he despedido últimamente, a un amigo Aldo, que se ha ido de repente, o a personas famosas y no famosas. Pero mira, a veces este que ha muerto en el aeropuerto y se discutían de quién era, si era del ayuntamiento o era de Aena, o esa persona que llevaba siete días muerta sola en una casa y nadie la ha ido a ver. A todos esos somos los que recordamos aquí en la Iglesia Sagrada Santa. No, hay que celebrar la vida. Y estas que me dices, sin duda alguna... - ¿Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirján? - Sin duda alguna, pues, si no es casamos, les bendecimos, seguro. Es decir, hasta por internet. - Bueno, muchas gracias. Gracias, Padre, descansa. - A vosotros, gracias, buen día.
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