PARTE_3_Fabiola se rompe al desvelar cómo le contó a su hijo Carlos que había sufrido abusos

Ficha técnica


Fecha 05/02/2025
Parte 1
Duración 00:06:02
Sonido Totales
Edición Editado
Localización Madrid
Firma Europa Press

Fabiola Martínez se rompe al desvelar cómo le contó a su hijo Carlos que había sido abusada sexualmente durante su infancia: "o sea, yo se lo he explicado a Carlos, porque Kike no lo vive como lo estamos viviendo nosotros. ¿Qué ha pasado cuando se lo dije a Carlos? Pues mira, lo primero he intentado también tener herramientas profesionales, he preguntado a los profesionales, a psicólogos, cómo gestionar esto, porque no es fácil decírselo a un hijo, pero cuando lo hice, me di cuenta que era más necesario de lo que yo me imaginaba, porque había comportamientos que él no entendía, reacciones que yo tenía con mi madre, que Carlos decía, pero ¿y por qué le hablas así a la abuela, si es mi abuela? Entonces, bueno, cuando le expliqué todo, tuve suerte porque hicimos un viaje. Yo preparé un viaje los dos solos, nos fuimos a república dominicana, y un día ya yo alargaba, alargaba porque no veía el momento, y un día en una playa nos quedamos solitos, que además allí en verano no es temporada alta, hay tormentas y no sé qué, y entonces, bueno, nos quedamos solos en la playa, y yo le dije, empecé diciéndole, mi amor, ¿tú sabes que estoy escribiendo un libro? Y él me dijo, sí, algo he escuchado, y entonces ya empecé a contarle, digo, yo quiero que sepas de qué va el libro, porque no quiero que te lleguen comentarios y tal, bueno. Total, empezamos a hablar de ello, y entonces le conté que yo había sufrido abuso de pequeña, él al principio se quedó un poco impactado, su reacción fue darme un abrazo y hacer un poco como de protector". La exmujer de Bertín Osborne se abre en canal durante la presentación de su libro 'Cuando el silencio no es un opción', en el que habla de la complicada relación con sus padres: "yo todavía estoy en proceso de entender muchas cosas. Yo los quiero, los quiero muchísimo y aún sigo sintiendo que ellos son mi responsabilidad a pesar de que, bueno, pues eso es una relación un poquito tóxica porque se han invertido los roles. Eso lo estamos sanando tanto ellos como yo. Tampoco lo han tenido ellos fácil y en iniciar este proceso me ha permitido tomar conciencia también de su infancia, tanto la de mi padre como la de mi madre, que no es cuestión de exponerla porque, bueno, es su vida y yo hablo de la mía. Entonces bueno pues creo que esto nos ha dado la oportunidad a todos de reconciliarnos entre nosotros también porque sólo rompiendo el silencio, sólo poniendo encima de la mesa el tema, ya ha mejorado la comunicación. O sea, es más fluida. Con mi madre todavía un poquito menos, pero con mi padre creo que ya no hay tanta barrera. Antes todos evitábamos, como que pasas por encima de las conversaciones, no profundizas en nada porque sabes que hay una bomba de relojería que, en cualquier momento, con cualquier discusión puede hacer que salte y salgan los reproches. Fijaros que yo siempre he contado con mis padres. Siempre os he hablado de que los tengo muy cerca, de que siempre están conmigo y es verdad que me han ayudado muchísimo desde el nacimiento de Kike. Pero la Fabiola hija, pues no ha tenido una buena relación de inicio. Así que a tu pregunta respondo que todavía estamos en ello, que no es fácil reconciliarse con los lazos familiares, sobre todo con padre y madre, pero estamos en ello. Y en lo que respecta a mis hijos, bueno, pues también ha sido muy complicado". En cuanto a porqué no le ha dedicado el libro al padre de sus hijos a pesar de ser conocedor de este terrible episodio de su vida: "cuando Bertín y yo empezamos una relación más seria, yo le expliqué. Le dije lo que me había pasado y volvemos a lo mismo. O sea, la gente no quiere... Es algo tan feo, tan doloroso que la mayoría no sabe cómo manejarlo entonces o escuchan y bloquean, ya está. Entonces, sí, él lo sabía, pero nunca más volvimos a hablar del tema. No era un tema recurrente entre nosotros, tampoco influía en nuestra dinámica ni en nuestra relación, con lo cual, bueno, pues yo me quedaba tranquila sabiendo que él conocía esa parte fea, oscura de mí y ya está. Y él nunca me juzgó nunca indagó ni nada, cero. Pero bueno, no influía en nuestra relación. No se lo dedico a Bertín porque realmente él es una pieza de una etapa de mi vida, pero yo no le debo mi vida a Bertín". Aun así, le agradece al presentador haberle enseñado a querer de otra forma que ella no sabía que se podía: "¿cómo ha afectado eso mis relaciones con las parejas? Pues en todo. Yo durante muchísimos años de mi vida he tenido relaciones que pensaba que el sexo era el amor, era el resultado del amor. Si me deseas me quieres y no es así. ¿Te pueden desear? Claro que sí, la pasión es importante en una relación, por supuestísimo, pero no es lo más importante. Cuando tú buscas relaciones que te llevan, que el principal motivo por estar en esa relación es el sexo, hay algo detrás siempre. Que yo no digo, no juzgo, yo creo que se puede tener sexo sin amor. Por supuesto, somos libres de hacer con nuestro cuerpo lo que queramos, pero cuando hay un patrón que has aprendido desde la infancia, hasta que no tomas conciencia de que eso no debe ser así, pasan muchos años hasta que realmente dices, ¿qué he hecho yo? ¿Por qué siempre? ¿Qué mala suerte tengo? Oye, ¿qué es que no doy con hombres hechos y derechos? Bueno, es que, a lo mejor, como tengo un patrón identificado, pues me hace de imán. Yo me he pasado muchos años, o sea, no digo que no haya tenido personas a mi alrededor, hombres que me hayan querido sanamente, pero es que no les he dado la oportunidad. Porque para mí eran a este, no a ese. Yo necesito a alguien que me... Porque todo eso que yo tenía adentro, el ocultar, el tapar, el pasar por encima, desarrolló mucha rabia interior, muchísima. Y de ahí que yo siempre diga, es que yo tengo mucho carácter, pero no se nota. Y esa rabia, incluso en algunos momentos, se ha traducido en agresividad. Y tampoco era sano entonces yo he llegado a tener relaciones con unas dinámicas muy tóxicas, muy, muy, muy tóxicas. Y lo único que puedo decir, y no es una cosa que os suena ajeno, porque lo he dicho muchas veces, es que convertí en la relación más sana que podía tener en toda mi trayectoria. Con él no existían esas dinámicas tóxicas. Él era familia, él era lugar seguro, él era hogar. Y por eso estuve tantos años con él. Y bueno, si algo le tengo que agradecer, que no es el libro, es que gracias a esos años que vivimos juntos, aprendí que se podía vivir de otra manera. Que las familias podían ser de otra forma. Porque cuando tú estás en tu mundo, tú no sabes cómo es la vida de tu amiga en su casa con sus padres porque no vives esa situación. Entonces, no tienes comparación. No puedes decir, es que a mí mi padre... Tú piensas, mi padre es así y me machaca, o mi padre es súper cariñoso, o mi padre... No sé. No tienes comparación con otros. Pero a medida que vas teniendo madurez, sí que vas viendo que las cosas son diferentes. Y eso me ha pasado a mí con las parejas". Rueda de prensa Fabiola Martínez: - Fabiola: Mi objetivo principal, bueno, hay muchas cosas de mí que muchos conocéis ya, porque desde que me casé con Bertín y nació Kike, mi vida ha estado ahí, a la vista de muchas personas. Pero una de las cosas que a mí más me ha acompañado, y en cierta forma incluso lo he sentido como un peso, es eso que muchas personas me dicen que soy muy valiente, que es fuerte, que como he podido llevar adelante todo lo que ha ido pasando, sobre todo fundamentalmente con Kike. Que soy una madre coraje Y yo cada vez que escuchaba todo esto pensaba, si supierais. La resiliencia es una cosa que se desarrolla, la fortaleza se desarrolla. Todos tenemos, yo no tengo superpoderes. Todos tenemos esa capacidad, pero, bueno, pues a veces algunas personas las circunstancias hacen que se acelere ese proceso. Y bueno, como ha explicado Virginia, pues en el libro hablo de mi infancia, de esos años que viví en Venezuela, de mi familia, de momentos, bueno, complicados, ¿no? Pero fundamentalmente he puesto el foco en algo que creo que durante mucho tiempo para mí ha sido un bastón. O sea, aquello que podía haber sido un agujero en el que te metes y no sabes cómo salir, siempre me sirvió para mirar hacia adelante y decir, bueno, ok, si yo pude con esto, puedo con esto otro. Me miraba en ese espejo constantemente, sin darme cuenta, pensando que eso estaba superado, que no había pasado nada, que yo hacía mi vida, hacía lo que quería, sin darme cuenta que no estaba bien. Que lo que aparentemente era, bueno, algo que me pasó y ya está, me estaba definiendo. Estaba definiendo mis decisiones, sobre todo a nivel sentimental. Cometí muchos errores, tomé decisiones que no eran las más acertadas para mí, hasta que nació Kike. Y entonces ahí fue donde realmente supe ver el amor de verdad. Ese que es de verdad, el amor sano, que yo no lo había experimentado. Ni siquiera en mi núcleo más cercano, ¿no? Que son mis padres, claro, que me han querido, pero bueno, queremos como nos enseñan a querer, pero no es una excusa. Porque a mí, pues, me quisieron como pudieron mis padres, pero yo he querido ser mejor madre y querer mejor a mis hijos, de una manera más sana. Y claro, todo ese proceso, en todas las etapas de mi vida, pues me han llevado a irme recomponiendo en cada momento. En cada etapa, ¿no? En cada fase. Pero eso estaba ahí, era como una asignatura pendiente. Y obviamente silenciada por todos, por mi familia, por todos. Y por mí misma, ¿no? Que al final soy el altavoz. Hasta que me separo y llega un momento en el que cojo las riendas otra vez de mi vida y empiezo a hacer un repaso, y me doy cuenta que necesito resolver eso, que eso que estaba debajo de un montón de capas que yo durante muchos años me había dedicado a poner encima para taparlo, cada vez salía más. Y lo que realmente me armó de fuerza y de valor fue mirar para atrás y ver el recorrido que he hecho, el respetarme y el quererme y el perdonar porque yo también callé entonces bueno pues batallas un poco con la vergüenza, la culpa Afortunadamente tuve ayuda profesional de una persona que bueno muchos conocéis es Marian Rojas. Ella tiene muchísima experiencia en casos de abuso infantil, abuso sexual infantil y ha sabido llevarme a esos lugares que yo había oscurecido y que no me acordaba muy bien pero que me afectaba y sanarlos. No digo que escribir un libro te cure, pero sí darle un sentido a ese aprendizaje. Y por eso es por lo que todo eso se ha traducido en un libro, pero yo no quiero que se quede en un libro. O sea, yo creo que este es un tema que quizás ahora la sociedad está un poquito más preparada o mentalizada para hacer cambios. Antes no hablábamos con naturalidad del aborto e incluso de la orientación sexual, no se hablaba y no se mostraba la discapacidad y aunque son ámbitos totalmente ajenos y diferentes a lo que yo estoy hablando hoy, creo que es el momento de que esto se ponga encima de la mesa. Y si mi libro sirve para que esa familia tenga una conversación, o que esa hija o hijo, porque no es sólo un tema exclusivo de las mujeres las estadísticas son brutales. Una de cada cinco chicas y uno de cada seis chicos sufre abuso infantil en el entorno familiar fundamentalmente. Así que, bueno, pues que protege a estas personas, que no os creáis que son O sea, yo los veo como un monstruo obviamente por mi experiencia, pero parecen buenas personas. Están entre nosotros, los tratamos a diario y no sabemos lo que hay detrás. ¿Y por qué esas personas se sienten impunes y piensan que son intocables? Por el silencio. Ese es realmente el único escudo que ellos tienen. Y creo que es responsabilidad de todos, ya no solo de nuestros pequeños que están en nuestro entorno, también de lo que vemos fuera. A los niños hay que protegerlos porque cuando eres pequeño, y eso lo he entendido después, la maternidad me ha dado esa visión, cuando eres niño, tú crees que existe Papá Noel. Es muy fácil hacerte creer cosas. Es muy fácil manipular la inocencia. Y los niños no debemos nacer o venir al mundo como guerreros ya defendiéndonos. Es necesario vivir esa inocencia, esa fragilidad, es necesaria para nuestra evolución, para desarrollar nuestras emociones de forma sana. Así que bueno, pues si decimos que la responsabilidad recae sobre los padres y a lo mejor el monstruo es uno de ellos, pues ¿cómo se arregla eso? Siendo responsables todos con los pequeños que tenemos a nuestro alrededor y hablando de este tema, hablándolo. Y de ahí este libro. Si a mí me da la oportunidad de poner este tema encima de la mesa, no os podéis imaginar desde que he empezado a hablar un poco de esto, la cantidad de mensajes privados que recibo de gente que me cuenta su experiencia. Incluso en algunos casos me dicen, solo lo saben tres personas: mi madre, mi marido y tú. O sea, imaginaros No me conocen de nada, pero hay una necesidad de hablar y para hablar con valentía y con conciencia, hace falta madurez. Entonces, pues es algo que no suele pasar cuando estás en ese dolor, en esa situación. Callas, te sientes avergonzado, piensas que tú tienes algo que ver porque cuando tú manipulas a un niño y le haces creer que tocarte entre las piernas es una caricia, porque soy tu padre, soy tu abuelo, no te voy a hacer daño. Mentira, sí te están haciendo daño, te están mostrando una cara fea del amor. ¿Y quién les da el derecho a romper esa fragilidad y esa inocencia? El entorno de familia, el silencio. Y volvemos otra vez al título del libro. Le dimos muchas vueltas al título, porque yo no quería que se prestara tampoco a malas interpretaciones, pensando que quizás yo iba a hablar de mi vida con Bertín y de todo eso. Quería que tuviese impacto, pero que también generara curiosidad por saber qué es lo que hay detrás. Y bueno, después de barajar muchas opciones, era el título con el que nos sentíamos más identificados y creemos que bueno, que es eso, ¿no? Cuando rompes el silencio se abre un mundo. Y yo sé que es muy difícil enfrentar eso, pero quizás aquí mismo hay personas que han pasado por eso, pero no nos atrevemos. El proceso fue largo. Bueno, en lo que ha sido plasmarlo en el libro, pues hemos estado como un año más o menos. He tenido ayuda y ha sido la verdad súper importante, porque abrirte, encontrar detalles que os prometo que en algunas sesiones con Marian era la primera vez que me sentía bien. Y bueno, yo creo que ha sido muy útil. Me ahogaba. He tenido sesiones muy duras y hemos conseguido que cada sesión, cada proceso que tenía, luego pudiese trasladarlo al libro. Entonces, bueno, ha sido duro remover, recordar porque había cosas que no recordaba con detalle. Pero ahí está y me he sentido que me he liberado mucho. Y en cuanto a la fortaleza, lo he dicho antes, yo creo que es algo que se entrena. Es verdad que yo nunca he sentido que podía contar con el respaldo de mis padres. En muchos sentidos, ya no solo en tema económico, sino también en general. El poder compartir con mi madre algo que me dijera, yo estoy contigo, yo te acompaño, no estás sola, no he tenido esa sensación. Entonces, eso hizo que

Relacionados