Pepe Navarro prefiere no pronunciarse sobre la paternidad de su amigo Bertín Osborne

Pepe Navarro prefiere no pronunciarse sobre la paternidad de su amigo Bertín Osborne: "ni me he enterado". Añade: "no, no, en serio. Con Bertín hemos comido, nos hemos visto, pero no hemos hablado de eso". Y afirma: "bueno, pues muy bien, que sea padre. No es un problema, no. Pero eso no es un problema. Él soluciona las cosas. Pero es igual. No, no quiero hablar de ese tema. Déjalo. Deja que cada uno haga su vida. Y punto". Explica cómo lleva ser abuelo en la distancia: "la gran ventaja es que el niño vive en estados unidos. Entonces yo lo veo de tarde en tarde". Confiesa que: "no, la distancia. Uno se acostumbra a vivir en la distancia con todo el mundo. Es lo que tengo acostumbrado toda mi vida. Mis hijos no han vivido conmigo y me he acostumbrado siempre a saber que están ahí y tenerlos de vez en cuando. Entonces te acostumbras a la distancia, te acostumbras a la no cercanía. La no cercanía física, pero sí sentimental y emocional". Y aclara: "claro, mucho más intenso. Ahora, por ejemplo, hablamos cada día por teléfono, nos mandamos mensajes". Total Pepe Navarro: - Hola ¿Qué tal? - No tengo nada que decir. - ¿Cómo es que no? Perdona, yo creo que tú tienes muchas cosas que decir. - No, no tengo nada que decir. - El día que hable Pepe Navarro. ¿Una biografía? - Hay un libro escrito. - Hay un libro, pero... A ver, allá va. - ¿Qué queréis? - Cumpleaños de Mario Sandoval. - Sí, hombre, esto hay que celebrarlo con los amigos, siempre es... Y más, un tipo con el buen gusto y la bondad que emana, o sea, que es una persona excelente y no se puede rehusar una invitación como ésta, naturalmente que sí. - ¿Y qué se le regala a una persona como Mario? - Ah, eso siempre es secreto. - ¿Algo de gastronomía o no? - Sí, bueno, un chupachups, una cosa así para el postre, una cosa ligera, ¿no? - Oye, ¿conquistas por el estómago tú? ¿Eres cocinilla? Sí. Yo lo sé. - Yo cocino, cocino, cocino. Mis hijos están enamorados de mi comida. - ¿En serio? - Porque no tienen otra cosa que comer, claro. - Pero te hemos visto cocinar y sí que cocinas bien. - No se me da mal, no se me da mal. - Te hemos visto con Bertín Osborne en su casa. - Estoy ahora superando el bache de los huevos fritos, pero yo creo que los haré bien dentro de poco. - Tienes que conseguir el borde. - ¿El? - El borde de un huevo frito es complicado. - Muy complicado. Cuidadín, cuidadín. Ni él lo sabe hacer, ni Coque. Habla con él y dile, oye ¿Cómo van los huevos fritos? ¿Los bordes de los huevos fritos? - Sí, ahora los huevos están muy de moda. - Que se lo pregunten Trump. - Señor Patón. Sí, sí. El señor Patón, no sé si sabes quién es. - ¿Quién es? - La pareja de Ágatha Ruiz de la Prada. - Ah, sí, ¿qué pasó? - No, que le han regalado que sí unos huevos para arriba, para abajo. - Ah, no, yo creía que hablabas de Estados Unidos, que hay un problema con los... - Sí, sí, también, también. - Oye, Pepe, ¿han vuelto programas? Como Caiga quien Caiga. Y entonces se ha abierto Twitter y decían, ¿y qué pasa si vuelve en Mississippi? - Pues que no dormimos por la noche. - Lo siento por todo, es porque perdí a todo el mundo de audiencia. Yo soy una competencia demasiado dura para... - ¿Tú te verías? - Ya, es demasiado. El Mississippi es como los dos programas que ahora funcionan por la noche. Son programas que tienen un largo recorrido. Entonces, cuando yo empecé el Mississippi, era un programa que ya hacíamos por la mañana en Antena 3. Hacía cuatro años que lo estábamos haciendo. Los personajes estaban desarrollados, los guionistas eran todos... Habían llegado después de una selección, los reporteros igual. Entonces, para hacer programas de esa envergadura tiene que haber un largo recorrido y una preparación de un programa, de un equipo muy, muy sólido y muy profesional, ¿no? - ¿Te arrepientes de haberte cruzado en tu camino profesional, o haber trabajado, o haber coincidido con ciertas personas que al final te han complicado mucho la vida? - Yo no me arrepiento de nada. Arrepentirse no sirve de nada. - Sí que hay que luchar, a lo mejor. - Eso no hay que dejarlo nunca, eso no hay que dejarlo nunca. Pero arrepentirte, sobre todo cuando tomas una decisión, la has meditado, la has pensado, y has tomado la decisión, y nadie puede demostrarte que lo contrario era lo mejor, porque nadie lo ha hecho. - ¿Y Pepe Navarro se ha arrepentido de algo en su vida? - ¿Eh? - ¿Pepe Navarro se ha arrepentido de algo en su vida? - No, porque ya te digo, siempre que he tomado una decisión la he tomado sopesándola, ¿no? Solo me arrepiento de una cosa en mi vida. Solo de una. Algo que pasó cuando tenía 21 años. Pero no lo voy a contar. No lo voy a contar. Ah, Enigma. Se publicará en mi segundo libro. - ¿Cómo estás viviendo? Yo hablaba de Bertín Osborne, que en su día cocinaste, te vimos en su casa, tal. ¿Todo lo que ha vivido él? ¿El tema de la paternidad? ¿Él ha reconocido esa paternidad? ¿Ha habido un juicio reciente? ¿Tú cómo has vivido desde fuera eso? ¿Has hablado con él? - Ni me he enterado. - Anda, sí. - No, no, en serio. Con Bertín hemos comido, nos hemos visto, pero no hemos hablado de eso. - ¿Sabes que es padre de nuevo? ¿Qué ha sido padre de nuevo? - Bueno, pues muy bien, que sea padre. No es un problema, no. Pero eso no es un problema. Él soluciona las cosas. Pero es igual. No, no quiero hablar de ese tema. Déjalo. Deja que cada uno haga su vida. Y punto. - Cada uno que haga su vida. - Ya está. - Oye, ¿cómo eres como abuelo? - Oye, ya. Esto es muy largo ya. Es que no me sé todas las preguntas. ¿Te das cuenta? Me vas preguntando y no me las sé. No voy a probar. - Pero eres abuelo que consiente. - La gran ventaja es que el niño vive en Estados Unidos. Entonces yo lo veo de tarde en tarde. - Pero le echarás de menos. - Pero sí, ya lo he hecho del Real Madrid. Aunque su padre es del Atleti. Pero hay un pequeño problema. Juega con ventaja porque él vive con el niño. - Te has adelantado. - Hombre, claro. Sí, sí, sí. El hombre tiene que estar siempre rodeado de lo mejor. - Pero le echas de menos, ¿no? Hablando en serio. La distancia. - No, la distancia. Uno se acostumbra a vivir en la distancia con todo el mundo. Es lo que tengo acostumbrado toda mi vida. Mis hijos no han vivido conmigo y me he acostumbrado siempre a saber que están ahí y tenerlos de vez en cuando. Entonces te acostumbras a la distancia, te acostumbras a la no cercanía. La no cercanía física, pero sí sentimental y emocional. - Y al final aprovecháis más el tiempo cuando estáis juntos. - Claro, mucho más intenso. Ahora, por ejemplo, hablamos cada día por teléfono, nos mandamos mensajes. Ya está, ¿no? - Ya está, venga. Gracias. - Oye, ¿una biografía para cuándo? - Bueno, si no tengo nada que contar. - Tú, si contaras - Mi vida es muy aburrida.