Ficha técnica
Víctor Elías confiesa que echó de menos a su madre el día de su boda con Ana Guerra: "La eché mucho de menos en la boda. La echamos mucho de menos, tanto a la familia, como amigos suyos que vinieron a la boda, y, bueno, sé que se lo hubiera pasado genial. Evidentemente, era como ese primer acto importante en el que notas realmente la falta, ¿no? Porque a partir de, bueno, por nacimiento de hijos y estas cosas, ¿no? Que es un poco donde notas la falta de los padres y, bueno, fue bonito también. El recuerdo con el que se las recuerda ahora, con el que recuerdo ya a mis padres, es desde una parte muy bonita. Y eso es lo positivo después de todo esto, ¿no? Al final de eso se trata el libro de, oye, que todo se perdona, que todo pasa y que todos hacemos las cosas lo mejor que sabemos". El músico asegura que, a pesar de no tener a sus padres, los siente a menudo: "Siento que están conmigo, sí, sí. Siento que están conmigo más que nunca ahora, de hecho, en cada pasito que doy. Bueno, yo que sí soy energético, en el sentido, yo creo en las energías, igual a mí hay algo que siento como que está muy ahí, ¿no? Y, bueno, esto es algo muy subjetivo, pero, bueno, yo sí que les siento conmigo muy a menudo a ellos, a mis abuelos. Como que la gente que me falta, han ido creando como una red preciosa para mí en la cual, pues, bueno, pues, les agradezco todo lo que me van dando día a día". Víctor se sincera a la hora de hablar de sus problemas con el alcohol y explica cómo se tomaron los invitados de su enlace la ausencia de éste en un día de celebración: "bueno, no era 100% sin alcohol, sino que lo que no había era alcohol duro. Me parecía un poco romper mis valores si dejaba que la boda fuera otra cosa, ¿no? Y la verdad que es una cosa que luego los invitados agradecieron mucho y yo también, ¿no? Nos evitamos confrontaciones que a veces provoca el alcohol, por desgracia, que no hubo". En cuanto a sus adiciones y la de sus padres, el actor se abre en canal en su libro "Yo sostenido. Historia de un juguete casi roto": "Ha sido un trabajo de terapia, o sea, ha sido un trabajo de autorreconocerme, de perdonar, de aprender. O sea, ha sido básicamente eso, ¿no? Y claro, había ciertos capítulos que cuando nos pusimos a hacer la función, hablándolo con Fran y con Pablo, que también estuvo en el proceso de creación de la función, pues es que no me los podía saltar. Entonces, esto me ha ayudado mucho a autoperdonarme y a perdonar, como te decía, porque de repente ha sido como, claro, es que esto es parte de mi vida, es que gracias a esto puedo estar aquí y esto ha sido lo que me ha enseñado que, bueno, que así es la vida, que es básicamente eso, ¿no? Y en este caso, el contarlo todo de una manera tan abierta, pues también viene un poco por esta parte del prejuicio que hay todo el rato, que tenemos todos, y yo el primero muchas veces, el señalar lo que nos parece una vida idónea y decir, ah, este le tiene que ir todo estupendamente y tal, ¿no? Que, con esto, también me reitero, hay una parte de la que huyo mucho del libro, que no hay pena, o sea, no existe pena en esta historia, hay simplemente un relato que yo tengo la oportunidad de tener la voz para poder contarlo, pero que nos ocurra muchísimo todo el rato y que simplemente es un, bueno, eso, un relato. Sin buscar ni la parte de la autocompasión ni la de autoayuda, tampoco. No hay nada de eso en el libro, más que la de que alguien se pueda sentir identificado con cómo yo cuento la historia de esa manera subjetiva". En su último trabajo también dedica un capítulo a su mujer: "Ana ha significado mucho no solo por el libro, sino porque en el disco que sacó con el libro, también ella ha sido como la productora del disco, ha estado conmigo grabando todos los temas a piano, o sea, es una persona muy clave en mi vida. Y, evidentemente, tendrá que haber un capítulo de ella porque al final, bueno, porque es esa familia. Porque estoy empezando a construir mi familia, o sea, es la primera vez que construyo mi familia elegida, ¿no? Por así decirlo y, bueno, y evidentemente con ella quiero hacer todo lo que creo que ahora se puede hacer bien intentando no tropezar en esas piedras que he podido ver en el camino". Sobre si tienen previsto celebrar su luna de miel: "De momento no, de momento no. Es que es bastante complicado y queremos darnos el tiempo que creemos que merecemos, entonces, para hacer algo así rápido y mal, hemos decidido hacerlo con calma". El artista también desvela si le hará llegar el libro a su prima, la Reina Letizia: "Pues no lo sé, una familia normal del día a día". Y responde a aquellos que apuntan que habría sido enchufado en 'Los Serrano' gracias a la monarca: "o sea, no es tanto como que se pensara eso, sino como la importancia que, cómo ha girado el foco, ¿no? Incluso en un momento dado también como con la boda, ¿no? Que parecía que la boda como que se casaba otra persona, entonces, bueno, nada, es simplemente eso, quiero decir, que al final, bueno, también es normal, ¿no? A veces se coge como el foco en una cosa y nos cuesta salir de ahí, y eso, al final, cada uno tenemos una vida muy distinta. O sea, que es ser familia ya, o sea, quiero decir, todo lo que se aplica a una familia normal del día a día, pues todo es exactamente igual. Una familia normal del día a día". Este tema es en exclusiva Entrevista Víctor Elías: - Me imagino, Víctor, que muy emocionado ante el próximo lanzamiento de tu libro, que, además, son unas horas, ya lo van a poder comprar la gente. - Ya en nada, en muy pocas horas. Sí, sí, estoy emocionado y, bueno, y como narro en el libro, con esas expectativas, ¿no? Inevitables de, uff, ¿qué pasará? - La gente se puede familiarizar porque esto fue primero una obra de teatro. - Eso es, fue una obra de teatro, pero bueno, al final, contarlo, que es una obra de teatro a la que volvemos ahora además en diciembre y, bueno, pero al final contarlo eso, ¿no? La sala tiene 120 butacas. Teníamos muy claro que queríamos hacerla pequeña para yo poder ver como la cara, la reacción de la gente, ¿no? Mientras se lo cuento. Y claro, aquí no veo la reacción de la gente y aparte, claro, no es para 120, está abierto. Entonces, bueno, han surgido ahí estas mariposas de nuevo ahí, ¿no? Bueno, ¿de qué pasará? También muy, muy contento y muy feliz por el trabajo. Al final, toda apertura tiene riesgos. Esto es así. - Porque, además, bueno, el libro es duro, es un libro que cuenta tu vida, que tu vida ha sido muy bonita, pero también ha tenido episodios muy difíciles. Entonces, bueno, cuando lo escribes, hablas abiertamente, pues eso, de tus padres, la decisión de tus padres, de tus adicciones. ¿Cómo ha sido contar todo esto? - Ha sido un trabajo de terapia, o sea, ha sido un trabajo de autorreconocerme, de perdonar, de aprender. O sea, ha sido básicamente eso, ¿no? Y claro, había ciertos capítulos que cuando nos pusimos a hacer la función, hablándolo con Fran y con Pablo, que también estuvo en el proceso de creación de la función, pues es que no me los podía saltar. Entonces, esto me ha ayudado mucho a autoperdonarme y a perdonar, como te decía, porque de repente ha sido como, claro, es que esto es parte de mi vida, es que gracias a esto puedo estar aquí y esto ha sido lo que me ha enseñado que, bueno, que así es la vida, que es básicamente eso, ¿no? Y en este caso, el contarlo todo de una manera tan abierta, pues también viene un poco por esta parte del prejuicio que hay todo el rato, que tenemos todos, y yo el primero muchas veces, el señalar lo que nos parece una vida idónea y decir, ah, este le tiene que ir todo estupendamente y tal, ¿no? Que, con esto, también me reitero, hay una parte de la que huyo mucho del libro, que no hay pena, o sea, no existe pena en esta historia, hay simplemente un relato que yo tengo la oportunidad de tener la voz para poder contarlo, pero que nos ocurra muchísimo todo el rato y que simplemente es un, bueno, eso, un relato. Sin buscar ni la parte de la autocompasión ni la de autoayuda, tampoco. No hay nada de eso en el libro, más que la de que alguien se pueda sentir identificado con cómo yo cuento la historia de esa manera subjetiva. - Un poco vas a dónde vienes para ver a dónde vas, por decirlo de alguna manera. Tienes que contar la experiencia con tus padres. Tus padres fueron maravillosos, pero a la vez tenían un problema muy grave de alcoholismo y de otras adicciones. - Sí, pero como mucha gente Quiero decir, que he intentado contarlo desde la parte de esta, de oye, que esto por desgracia le pasa a mucha gente. A muchos niños con sus padres, a muchos padres con sus hijos, a mucha gente con sus hermanos, a muchos amigos con sus amigos. Y, bueno, esto he intentado que haya una parte de normalización por mi parte, el primero, y luego por intentar ver si esto empieza a ser un no. Empezamos a intentar como normalizarlo un poco, el poder pedir ayuda y normalizar también esta creencia que tenemos de que parece que beber alcohol todos los días no es un problema. - Ya, ya. De hecho, bueno, pues tú has estado en Alcohólicos Anónimos y en Narcóticos Anónimos, si no me equivoco, ¿verdad? Y tú decías... - Cuento las confraternidades, pero no es bonito hablar de las confraternidades porque son anónimas. Pero sí, sí, sí. - Bueno, pero quería decir, y son pinceladas que das en el libro, que estás en contra de gente de todo tipo y condición. O sea, que estamos engañados y piensas que es que el que lo hace es porque, lo que sé, es de la farándula en este caso o al revés o porque es una persona que no tiene estudios o lo que pienses. - Totalmente. Estamos totalmente engañados. Que al final es algo que, bueno, que eso, que está, por mucha desgracia, está como muy normalizado y muy a la orden del día. Y como digo en la función también y como digo en el libro, adictos a cualquier cosa, que también tenemos el consumo de sustancias, pero también el sexo, la comida, la codependencia, el deporte. Bueno, todo aquello que te haga salir de tu ser y que te haga no estar contigo mismo es una adicción. El trabajo, o sea - Es lo que te iba a decir, porque tú otra cosa que sí que eres, y eso supongo que lo sigues siendo y lo seguirás siendo toda la vida, que la adicción es como workaholic, ¿no? Como adicto al trabajo. - Sí, sí, hombre, dentro de las adicciones dices, bueno, pues es la menos mala, ¿no? Pero, bueno, con la que también he aprendido a lidiar. He tenido que aprender a lidiar y a saber cuándo me estoy dejando de lado a mí, que ese es el tema, ¿no? O sea, en el momento en el que tú te empiezas a dejar en segunda parte el cómo estás, el cómo te sientes, ahí es cuando empiezas a tener un problema con esa otra cosa que empieza a fagocitar tu vida. - Porque no has parado de trabajar, a pesar de todo, de los problemas, de todo lo que te ha podido tener en tu vida difícil, no has dejado de trabajar en ningún instante. En ese sentido, has tenido mucha suerte. - Muchísima y espero que siga siendo así, la verdad. La verdad que trabajar es algo que me encanta y que encima tengo la suerte de vivir de mi pasión y de una cosa tan vocacional, pues confío en que esto siga siendo así, ¿no? También ese es el problema, cuando te dedicas a tu pasión, se te pasan las horas y no mides. Pero, pero bueno, feliz de poder contarlo. - Hay una cosa, porque decías en el libro que tu madre tenía premoniciones o de alguna manera veía el futuro. ¿Has heredado algo de eso tú? - No, la verdad es que no. ¿No? Creo que no. - ¿De alguna manera sientes que en los escenarios está tu madre y tu padre? De hecho, tienes una mariposa por tu padre, ¿no? - Sí, sí, sí. Siento que están conmigo, sí, sí. Siento que están conmigo más que nunca ahora, de hecho, en cada pasito que doy. Bueno, yo que sí soy energético, en el sentido, yo creo en las energías, igual a mí hay algo que siento como que está muy ahí, ¿no? Y, bueno, esto es algo muy subjetivo, pero, bueno, yo sí que les siento conmigo muy a menudo a ellos, a mis abuelos. Como que la gente que me falta, han ido creando como una red preciosa para mí en la cual, pues, bueno, pues, les agradezco todo lo que me van dando día a día. - Por supuesto, para nosotros eres muy conocido como el niño de los Serranos, claro, ya sabes tú. Y que, además, estás muy agradecido de esa época porque fue una época de cierta paz, ¿no? O por lo menos en el plato había cierta paz. - Sí, total, total, hombre, estoy agradecidísimo. No solo a lo que nos dio de manera lógica y visual, sino a lo que me dio en esa época, ¿no? Me ayudó a vivir dos vidas muy bonitas y dos caras de la moneda, una vez más, muy bonitas, la verdad. - Hablas de los Juguetes rotos, de los niños prodigio. Ahora mismo, ¿cómo está la cosa con Los Niños? ¿Están ahora mejor que antes? - Bueno, es que lo que digo es, o sea, en este libro lo cuento, que no es, contra todo pronóstico, también a veces, que parece que son como las productoras y tal, los que parecen que generan los juguetes rotos, no son ellas. O sea, no hay un tema de la ley, ni, o sea, a mí me encantaría que el día de mañana si tengo un hijo y él quede tal El problema que tenemos es la sociedad. O sea, es el que lo consume, ese es el problema. Ese es el que dice que eres un Juguete Roto, el que decide que en un momento dado ya no vales. Ni siquiera es la gente que trabaja dentro del medio, ¿no? Por eso un poco también como este alzamiento de la voz de, oye, que yo he encontrado mi lugar, que mi lugar es la música y que, aunque no salga la tele todo está bien. Ese es un poco el llamamiento que la gente parece que a veces pues no entiende muy bien. - Tu padre no quería que fueras músico porque es verdad que sí decía, si la vida de los actores es difícil, la de los músicos es todavía más difícil. Pero todo pronóstico al final ha sido para allá. - Sí, bueno, luego, claro. Luego te das cuenta con los años también que al final ese no, que para mí fue como muy significativo en mi adolescencia, luego lo único que estaba haciendo era intentar protegerme. Claro, pero en ese momento decía al principio de la mañana, decía, joder, qué complicado tiene que ser padre porque cualquier mínima frasecita le cambia la cabeza al niño, ¿no? Y cuesta años entenderlo. Entonces, bueno, yo entiendo esa protección que mi padre tenía hacia mí en ese momento. Luego, además, ese no se terminó convirtiendo en un sí antes de que se fuera. O sea, que al final, bien, todo bonito. - ¿Te ves siendo padre? - Ahora mismo no - ¿Alguna vez te lo has planteado? - Sí, claro. - ¿Te da vértigo? - Es que me da mucho vértigo ahora, por eso yo creo que no estoy preparado todavía. Primero tengo que terminar de aceptarme a mí y luego poder dejar ese legado en otra personita. Sí, bueno, me lo planteo muchas veces. No es un no rotundo, pero ya luego es un ahora no. - ¿Y si se quisiera dedicar a la música o a la actuación? - Pues yo feliz. O sea, lo único que le diría es eso, ¿no? O sea, creo que para dedicarte a las profesiones que te apasionan, ¿qué es lo que nos pasa? También
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