Ficha técnica
Julián López y Roberto Álamo, protagonistas de 'Odio El Verano' hablan de la comedia y de la condición del ser humano ante los imprevistos. Para Julián López: "como vivimos en un mundo con cada vez más etiquetas, más prejuicios, etc., cuando alguien no tiene que ver contigo nada, o eso tú crees, ya lo descartas de primer momento. Entonces ahí las tres familias se juntan y no quieren saber nada ninguna de la otra. Y luego a poco que convivas, que te conozcas y eso, también te conoces a ti mismo y oye, pues puedes sacar algo bonito, puedes sacar una amistad, o no, a lo mejor no, hablo también ya de la vida real, no tienes por qué ser amigo de todo el mundo, por supuesto. Pero puedes aprender cosas, puedes escuchar otros puntos de vista, puedes, no sé, dejarnos también de la cosa de como uno viene de aquí, otro viene de acá, pues ya no, yo con esto no voy a estar, sino aprendamos a tolerar y a convivir". López comenta que "tenemos la memoria muy corta. Hace cuatro años apenas tuvimos una situación mundial muy comprometida, donde todos éramos muy buenos y muy amigos y muy solidarios, y luego se nos olvida. Y el ser humano es muy puñetero porque tiene cosas muy buenas, pero luego tiene la memoria muy corta. Y, no sé, estaría guay que se instalara esa cosa de convivir en armonía y cada uno con lo suyo, y amando esa diversidad de formas de ser, de formas de sentir, no sé. Eso sería lo suyo, un mundo ideal, ¿verdad? Que no ha ocurrido, desgraciadamente". Sobre el género de la comedia, Roberto Álamo opina que "todo el mundo la ama, la denostan un poco en los premios, en los galardones y tal, no lo sé, yo creo que no hay respuesta para eso, a la gente le gusta reír. La felicidad, el símbolo de la felicidad es una sonrisa, quiero decir, tú te puedes emocionar y puedes llorar de alegría y puedes llorar de belleza y tal, pero el símbolo, digamos, de la alegría es la sonrisa, con lo cual la comedia nos tiene ganado, quiero decir, todo el mundo quiere sonreír, todo el mundo quiere ser feliz". Tanto Julián López como Roberto Álamo, dos de los reyes de la comedia actual, han confesado cuáles son sus sueños por cumplir. Álamo ha dicho que su sueño es ver a su familia "desarrollarse felizmente", mientras que su compañero se ha enfocado en su faceta profesional: "ser una persona digna de lo que hago y seguir trabajando en esto, que me apasiona, y ojalá siga toda mi vida trabajando en esto". Este tema es en exclusiva. Total Julián López y Roberto Álamo: - Roberto Álamo: Yo creo que la intención de los guionistas, de la producción en sí y del director y la nuestra, era como eje lo que ya en los ensayos iba surgiendo, que la premisa era realizar como una comedia donde la gente puede sonreír, puede emocionarse, un ejercicio de tolerancia, de gente desconocida que coincide en un sitio y que poco a poco se van conociendo y que lo que en principio es una locura, que es decir que unos se critican a otros, se llevan mal con otros y tal, cuando se empiezan a conocer y empiezan a vivir, se empiezan a tolerar. Eso es lo que creo, o creemos, yo creo, que quiere contar la película. - Julián López: No lo puedo decir mejor que Roberto. No, porque además lo hacen las tres familias, aunque sean distintas, es lo que les une. - ¿Diríais que hoy en general nos cuesta mirar y aprender del otro, sobre todo si es diferente, como decíais, en este ejercicio de tolerancia? - R.A.: Puede ser, puede ser. También es verdad que puede ser al contrario, que la vida no es unidireccional. Tú puedes conocer a alguien que te cae muy bien y en la convivencia acabar tirándote los trastos a la cabeza. Eso puede suceder, que no es el caso de la película. Depende, yo creo que depende de los seres humanos, de las circunstancias, de en qué sitio vives, en qué sitio conoces. Depende de muchos factores. - J.L.: Sí, y luego no adelantarte, porque como vivimos en un mundo con cada vez más etiquetas, más prejuicios, etc., cuando alguien no tiene que ver contigo nada, o eso tú crees, ya lo descartas de primer momento. Entonces ahí las tres familias se juntan y no quieren saber nada ninguna de la otra. Y luego a poco que convivas, que te conozcas y eso, también te conoces a ti mismo y oye, pues puedes sacar algo bonito, puedes sacar una amistad, o no, a lo mejor no, hablo también ya de la vida real, no tienes por qué ser amigo de todo el mundo, por supuesto. Pero puedes aprender cosas, puedes escuchar otros puntos de vista, puedes, no sé, dejarnos también de la cosa de como uno viene de aquí, otro viene de acá, pues ya no, yo con esto no voy a estar, sino aprendamos a tolerar y a convivir. - Precisamente en cuanto a eso quería preguntaros, pues que se tocan realidades, así muy sutilmente, de forma de comedia, de clasismo y de prejuicios. Son temas que están a la hora del día y porque son elementos tan eficaces para hacer comedia. - J.L.: Sí, además yo lo he comprobado en las últimas que he hecho, o alguna de las últimas que se hablaba de eso también, porque al final la comedia es un género muy amado por el público, algo denostado por ciertos sectores, pero que refleja como nadie lo que ocurre en la calle y esta película es un ejemplo de eso. Debemos un poco dejarnos de, bueno, un poco lo que decía antes, de prejuicios y eso, y conocernos más. Y sobre todo porque tenemos la memoria muy corta. Hace cuatro años apenas tuvimos una situación mundial muy comprometida, donde todos éramos muy buenos y muy amigos y muy solidarios, y luego se nos olvida. Y el ser humano es muy puñetero porque tiene cosas muy buenas, pero luego tiene la memoria muy corta. Y, no sé, estaría guay que se instalara esa cosa de convivir en armonía y cada uno con lo suyo, y amando esa diversidad de formas de ser, de formas de sentir, no sé. Eso sería lo suyo, un mundo ideal, ¿verdad? Que no ha ocurrido, desgraciadamente. - A la mayoría de personajes les cuesta, ya sea por el trabajo, las redes sociales o sus ideas preconcebidas, les cuesta disfrutar de esas vacaciones que en teoría deberían ser maravillosas y de descanso. Y vivimos en una sociedad en la que nos cuesta desconectar o adaptarse a los cambios de planes. - R.A.: Sí. No hay otra respuesta, sí. Porque el ser humano es imperfecto. Como decía Julián, el ser humano no es un concepto ideal de ser humano. Tiene imperfecciones porque si no seríamos dioses. Entonces es difícil, es difícil, y más en el día de hoy, no sé, hace 300 años, no lo sé, pero hoy en día es muy difícil desconectar, muy difícil. De todas formas, estas familias por momentos lo intentan y lo consiguen, que ya es un triunfo. - J.L.: Es que no hay nada como irse por ahí de excursión y dejarse que se acabe la batería de los móviles, todas estas cosas vienen muy bien para un poco hacer, borrón y cuenta nueva en la cabeza, porque si no vamos a salir todos locos. Estamos hiperconectados todo el rato y yo creo que falta un poco más de charla de piel, de hacer otras actividades lúdicas para nosotros no hace falta que las vea nadie, que las tenga que transmitir al mundo y esas cosas. Así que bueno, a ver si toma nota la gente. - En este sentido los niños tienen una actitud totalmente distinta a la de sus padres. Enseguida se mezclan con los hijos de otras familias, están encantados de los cambios que haya, porque hay este contraste tan grande entre lo que sienten los adultos y los niños, cuando en realidad los niños a lo mejor deberían reflejar lo que están sintiendo sus padres y decir, '¡ah, vaya rollo!' - J.L.: Es que la figura del niño es una figura tan pura del ser humano, eso pasa también con más cosas, con el racismo, con este tipo de cosas, donde los niños no hacen distinción de nada, los niños o los adolescentes también en esta película. Y sin embargo los padres están más resabiados, es como la cosa de la vida, que vas cumpliendo años y ya te vas volviendo más... Bueno, voy así poniéndote armaduras y tal, y no debería ser así. Pero aquí nos dan un poco, sí en la película dan una lección de que podrían estar con quien quisiera y sin problemas ninguno, ¿no? Sin embargo, pues, los padres somos más en la ficción, más pejigueros y más, no te mezcles, no, cuidado que te van a pegar esto, cuidado que esos son de otra cosa y, joder, nos perdemos cosas si pensamos así. - A ver, ¿por qué creéis que la comedia, como decías, es un género tan amado por el público, al final y que funciona tan bien, pues, a lo mejor, diría yo, especialmente en nuestro país? - R.A.: Pero en nuestro país y en todos los países. La razón no la sé exactamente, yo imagino que tiene que ver, no lo sé, como decía antes Julián, pues, hombre, la comedia, todo el mundo la ama, la denostan un poco en los premios, en los galardones y tal, no lo sé, yo creo que no hay respuesta para eso, a la gente le gusta reír. La felicidad, el símbolo de la felicidad es una sonrisa, quiero decir, tú te puedes emocionar y puedes llorar de alegría y puedes llorar de belleza y tal, pero el símbolo, digamos, de la alegría es la sonrisa, con lo cual la comedia nos tiene ganado, quiero decir, todo el mundo quiere sonreír, todo el mundo quiere ser feliz. - J.L.: Es que basta con eso, salir a la calle, entrar en un bar, ver los grupos que se forman, todos quieren reír, todos quieren contar cosas graciosas, es tan inherente al ser humano, lo de buscar una gracia y hacerle reír al otro, o que te hagan reír, que es que, ¿quién no va a querer gozar con eso? Y en esta vida todos buscamos... - R.A.: Y en esta peli ocurre, en esta peli hay parcelas donde la gente se puede reír a carcajadas, muchas parcelas donde la gente puede sonreír, incluso alguna parcela donde la gente se puede emocionar, por lo cual es maravilla. - Por último, quería preguntaros, que en un momento dado de la película se habla de sueños por cumplir, ¿cuál sería el vuestro? - J.L.: Difícil, porque habrá muchos, ¿no? - R.A.: Para mí - J.L.: ¿A título personal? - R.A.: Ver a mi familia desarrollarse felizmente. - J.L.: Yo lo contrario, ¿te imaginas? ¡Qué cara has puesto! No, mi sueño por cumplir, pues... Bueno, no sé, ser una persona digna de lo que hago y seguir trabajando en esto, que me apasiona, y ojalá siga toda mi vida trabajando en esto.
Relacionados