Carolina Molas sale en defensa de Isabel Preysler tras las críticas de Carmen Lomana

Carolina Molas sale en defensa de su consuegra Isabel Preysler tras las críticas de Carmen Lomana: "Muy bonitas, muy bonitas". Asegura que piensa comprarse las gafas de la madre de Tamara Falcó: "Sí, sí, sí". Se posiciona a favor de la marquesa de Griñón, a quien ve como la mejor esposa para su hijo: "claro que sí, para eso es mi nuera". Confiesa no saber nada acerca de lo que habría perdido en el aeropuerto: "No sé". Y recuerda que está deseando que Íñigo Onieva y Tamara Falcó le hagan abuela: "También". Defiende que su hijo no está inventándose reseñas para su nuevo restaurante: "No, inventando no sé está inventando nada, las reseñas es lo que la gente piensa" "Por mí, yo las reseñas que yo escribo son las que escribo yo, es mi opinión". Total Carolina Molas: - Hola, ¿qué tal? Carolina, una comida en familia, ¿no? Apoyando a tu hijo. - Sí. - ¿Qué tal? ¿Cómo es el restaurante? Cuéntanos. - Pues muy bonito, es muy bonito, muy agradable. - ¿Se come bien, no? - Muy rico estaba todo. - Oye, se está poniendo mucha reseña, que se está poniendo reseñas bonitas, que se está inventando reseñas, cuéntanos si nos puedes decir algo. - No, inventando no sé está inventando nada, las reseñas es lo que la gente piensa. - Efectivamente. Lo desmientes completamente, entonces. - ¿Eh? - Lo desmientes, que hay reseñas inventadas, tanto sea por ti, por Íñigo. - Por mí, yo las reseñas que yo escribo son las que escribo yo, es mi opinión. - ¿Y cómo es? ¿Cómo es la comida? Cuéntanos, ¿qué significa para usted? - Oye, ¿pero yo desde cuando hablo con vosotros? - Ya, pero nosotros la queremos mucho, que va muy guapa, señora Carolina. - Vosotros también pero no, de verdad. - Oye, simplemente, preguntarle también por las gafas de su consuegra Isabel Preysler, si le gustan. - Muy bonitas, muy bonitas. - ¿Se las va a comprar? - Sí, sí, sí. - Sí, ¿no? Es que dice Carmen Lomana que es un poco antigua su consuegra. - (...) - No quiere decir nada, ¿no Carolina? - Perdóname un momento. - Sí. - Mira, pues es que ya no sé dónde está mi familia. - Por allí van. - ¿Dónde? - Allí más adelante. - ¿Dónde? - Yo creo que es por aquí. Allí, allí. - Oye, dejadme ya, por favor. - Ya, la última, la última. - Dejadme ya, de verdad. - Que no es antigua su consuegra Isabel Preysler, ¿verdad que no? - ¿El qué? - Que no es antigua su consuegra Isabel Preysler, ¿verdad? - ¿Qué cosas me preguntas? - Ya, hija mía. Oye, apoyando a Tamara, ¿no? Que ha tenido un percance en el aeropuerto. - No sé. - No sabes nada. ¿No te dijo nada Íñigo? Estaba comentando mucho que Tamara ha perdido algo muy importante en el aeropuerto. - Oye, ¿de verdad? - Vale, vale, vale. - ¿Estáis aprovechando para preguntarme todas las cosas? - Sí. Lo que solemos hacer, corazón. - Ya, ya. - Pero apoyando a Tamara siempre, ¿no? - Porque soy una experta, soy yo. - Ya, pero apoyando siempre a Tamara, ¿verdad que sí? - Sí, claro que sí, para eso es mi nuera. - La mejor pareja para tu hijo, ¿verdad, hija mía? - Pues claro que sí. - ¿Con el deseo de ser abuela, corazón? - También. - Vale, gracias. Adiós, chao. - Adiós. - Gracias. - Adiós.