Ficha técnica
Ana Obregón sobre si le duele la ausencia de Alessandro Lequio en la vida de su nieta: "a ver, de verdad, voy a guardar silencio en eso si me lo permitís porque es algo muy nuestro. Yo he aprendido a aceptar a las personas como son, a relativizar los problemas que tenemos todos después de que tienes una tragedia en tu vida tan gorda, relativizas todo dices porque qué tontería yo me enfadaba por esto o si me han dicho esto me han dicho lo otro o esté bien o no viene y es que ya me da igual todo. Ya te lo juro todo me da igual, yo quiero quedarme con mi Anita, estar con ella, darle el amor posible que pueda hasta que pueda y eso es lo que quiero". Sobre el bautizo: "estoy preparándolo ya todo y muy emocionada llevará el vestido de Álex y de toda la familia". Ana Obregón desvela que ha habido un cambio de padrino en el último momento, pero que será una persona muy cercana a su hijo Aless: "el padrino ya lo dije, y dije que será el íntimo amigo de Álex, pero no sé si va a poder venir entonces creo que va a ser otra persona que es del colegio, su mejor amigo, y entonces pues también vive en Londres porque está haciendo un máster en Oxford, es un genio, y creo que va a ser él". Ana Obregón asegura que la historia de su madre se repite con ella ante la crianza de la bebé: "la historia se repite porque mi madre, su madre falleció en el parto, y la crío su abuela. La historia se repite y mi madre ha sido la mujer más buena, más dulce, más generosa, más madraza y la crío su abuela, y cuando tenía dos o tres años le dijo no soy mamá, soy tu abuela". Sobre cómo le gustaría que le llamase la pequeña: "pues yo quiero que me llame como llamaba mi hijo a mi madre, bella, que me parece muy bonito. Bella en italiano es bella y ese será". Ana Obregón confiesa que hablará naturalmente con Anita sobre la relación que realmente les une: "va a ser un momento súper natural como cuando dos padres le dicen a sus hijos somos dos papás o somos dos mamás, estamos en otro siglo chicos, hay que avanzar. No estamos en la época de los Australopitecos erectus". Total Ana Obregón: - ¿Qué tal estás, guapísima? - Pues mira, la verdad, ya ves, de rojo. Contenta, porque son cinco años colaborando con esta marca que le tengo un especial cariño, porque esto no lo he contado nunca este contrato con La Cabine me lo hizo mi hijo. - ¡Anda! ¿Sí? - Sí Ya empiezo, no puede ser (se emociona). Sigo para adelante entonces justo estábamos en Nueva Jersey y él estaba haciendo radioterapia y quimioterapia al tiempo, no se me olvidará nunca y, de repente, me llama y dice, oye, mami, me han escrito de una marca que se llama La Cabine, que te quieren de embajadora y tal. Y te voy a hacer yo el contrato. Y ahí empezó, ahí empezó todo. Hace cinco años de esto. - Y ahora, poniendo la vista en el presente, los productos de belleza también van muy bien, sobre todo en esta nueva etapa de tu vida. ¿Cómo duermes? ¿Cómo pasas esas noches? - A ver, en esta etapa de mi vida en la que, realmente, pues, como cualquier madre o abuela, porque ya sabéis que Anita es mi nieta, pero es mi hija adoptiva, y la cuido yo a las 24 horas del día. Entonces, ¿qué pasa? Que, bueno, a las cinco y media la doy al biberón, de maravilla. ¿Y cómo me cuido? Pues nada. Porque la mejor mascarilla de este mundo es que el dolor pase, que los problemas pasen, y tener un rayito de alegría en tu casa. Esa es la mejor mascarilla. Lo siento por La Cabina, pero... - La felicidad es más importante. ¿Qué tal duerme? - Duerme de maravilla. Duerme cada... A ver, cada cinco horas le doy el bibi, se lo caliento y tal, pero duerme de maravilla. Y, lo que os digo, estoy viviendo una etapa que, desgraciadamente, como cualquier madre, con mi hijo no pude. ¿Por qué? Pues porque trabajaba muchísimo. Estaba todo el día metida ahí en Prado del Rey, que si al que apostamos, el otro, el tal, y creo que ahora es como que ahora es como que no quiero separarme. Es que digo que no a todo, quiero estar con ella. - Primeras Navidades con Anita. ¿Has colocado el árbol ya? - Mira, yo llevaba como como tres años sin un árbol de Navidad, ni una bola en casa de Navidad, ni una luz. Ya está puesto el árbol, su cara cuando lo ha visto ha sido espectacular, no sé, ¿cómo lo puedo explicar? Es que para que alguien me entienda tenía que ser una madre que ha pasado por lo que yo he pasado. No hay nadie que me pueda entender mejor, entonces ahora mi casa es un árbol de Navidad, es centros de Navidad, voy a poner el Belén, voy a poner más bolas, todas rosas, yo estoy con el rosa que... Y eso, y unas navidades espectaculares. - Ana, este año no te vemos en las campanadas. - Este año he dicho que no a todo Ah, no, he dicho que no porque, mira, vamos a ver, de verdad que no me quiero separar de mi niña, es su primer año. Estará dormidita, pero me da igual, yo estaré a su lado mirándola y es que eso no me lo quita ni la Puerta del Sol, que la he hecho no sé cuántos mil años Mil años no, pero nos sé cuántas. Empecé con Joaquín Prat en el 84 y estamos en el 2023, o sea, estaba ahí subida intermitentemente cuatro décadas, ¿vale? - Se te echará de menos, ¿eh? - Bueno, yo también, porque la verdad es que ya coges como estar ahí subida en la Puerta del Sol y tal, pero bueno, que yo no voy a echar nada de menos, te lo juro. - El bautizo de Ana será tu gran plan. - Es un gran reto. - Tú próximo gran plan será el bautizo de Anita. - El bautizo de Anita será en diciembre, no tenemos todavía la fecha, y estoy preparándolo ya todo y muy emocionada llevará el vestido de Álex y de toda la familia - ¿Estará invitado Alessandro Lequio? - Es que yo de eso que oye qué raro que me hagáis esa pregunta, ¿pero porque os interesa tanto? A ver de verdad yo no voy a decir nada porque ahora que digo algo luego contestan por el otro lado Ya veréis, ya veréis - ¿Cómo que ya veréis? - No voy a decir nada Ya apostamos. - ¿Apuestas a que en ese 2024 que se produzca ese encuentro entre el abuelo y la nieta? - Yo, mira, mi deseo era tener a la hija de Álex conmigo y ese ha sido mi deseo desde que mi hijo me dejó, y ese ya le tengo entonces ya no quiero pedir nada más yo ya quiero quedarme como estoy, no sé cómo explicaros. Que se pare el tiempo. - Imagino que te dolerá, ¿no? Que no se haya producido el encuentro. - A ver, de verdad, voy a guardar silencio en eso si me lo permitís porque es algo muy nuestro. Yo he aprendido a aceptar a las personas como son, a relativizar los problemas que tenemos todos después de que tienes una tragedia en tu vida tan gorda, relativizas todo dices porque qué tontería Yo me enfadaba por esto o si me han dicho esto me han dicho lo otro o esté bien o no viene y es que ya me da igual todo. Ya te lo juro todo me da igual, yo quiero quedarme con mi Anita, estar con ella, darle el amor posible que pueda hasta que pueda y eso es lo que quiero. - Se te ve tan ilusionada que te veo capaz de repetir la experiencia. - Mira, en un principio lo tenía pensado, pero ahora después - De enfrentarte a ello de verdad. - A ver, es qué es tanto el amor que la quiero dar y quiero que me vea sonreír, no quiero que vea ni una lágrima que no os lo oculto porque hay muchas veces que le estoy dando el biberón se me saltan las lágrimas y entonces respiro y empiezo a cantar cinco patitos y cosas así. No, yo creo que no. - Sé que es muy pequeñita aun, ¿pero tiene alguna actitud o gesto que te recuerde a Álex? - Todos, todos. Es charlatana, no para de hablar. - ¿Habla ya? - Es alegría pura, es un angelito. Es una bendición de Dios. - ¿Y tu familia cómo está con ella? - Bueno, enloquecidos. Tengo a los primos Es que tíos tiene once, primos tiene dos y los que están por venir porque se van a casar todos, o sea que esta niña cuando yo no esté va a tener más de treinta personas de familia cuidándola. - La madrina va a ser Celia. Has dicho que será su madrina y la encargada de cuidarla. - Sí y el padrino ya lo dije, y dije que será el íntimo amigo de Álex, pero no sé si va a poder venir entonces creo que va a ser otra persona que es del colegio, su mejor amigo, y entonces pues también Vive en Londres porque está haciendo un máster en Oxford, es un genio, y creo que va a ser él. - Ana, cuando ella empiece a hablar, ¿cómo quieres que te llame? - Pues yo quiero que me llame como llamaba mi hijo a mi madre, Bella, que me parece muy bonito. Bella en italiano es bella y ese será. - No suena tan fuerte como abuela, ¿no? - No, a mí abuela me encanta, pero es difícil para un niño decir abuela entonces bella. Bueno, muchos niños dicen mamá Ana o mamá Carmen a las abuelas y es cierto que la historia se repite porque mi madre, su madre falleció en el parto, y la crío su abuela. La historia se repite y mi madre ha sido la mujer más buena, más dulce, más generosa, más madraza y la crío su abuela, y cuando tenía dos o tres años le dijo no soy mamá, soy tu abuela. - ¿Nos puedes dar más detallitos del bautizo? ¿Será en La Moraleja? - Ya no puedo dar más detalles, ya lo veréis cuando sea. - Ana, ¿has visualizado ese momento cuando tengas que explicarle a Ana? - Va a ser un momento súper natural como cuando dos padres le dicen a sus hijos somos dos papás o somos dos mamás, estamos en otro siglo Chicos, hay que avanzar. No estamos en la época de los australopitecos erectus. - O sea que has pensado en hablarlo - Con toda la naturalidad del mundo, con la naturalidad que hay que hacer las cosas porque hay que avanzar, ¿no? - Has vuelto a encontrar la felicidad con esta niña. - A ver, mi felicidad nunca va a ser la felicidad. La palabra felicidad era cuando tenía a mi hijo. ¿Tú qué crees? ¿Qué yo por las noches no pienso lo que daría mi hijo por tenerla en brazos porque era el más niñero del mundo? Entonces yo creo que ya me lo merezco, un poquito. - Pero Ana, yo creo que si has dado este paso y ni tú misma te imaginabas que ibas a estar en esta situación en el 2023. - Pero ni loca. - Ahora a lo mejor no te imaginas enamorada y te enamoras. - No, no, eso ni de coña. A ver, hay una cosa importante y se me ha ido lo que os iba a decir porque antes de las 5:30 de la mañana - Sobre la felicidad. - No, nunca va a ser completa, pero lo que sí tengo claro es lo que mi hijo me quería al pedirme esto. Sabía que sin esto, yo no estaría viva. - ¿Qué le pides al 2024? - Quedarme como estoy con mi niña y salud sobretodo. Pido salud y más empatía en el mundo, que parece el discurso de las mises, pero es que es verdad Falta empatía, todo el día una toxicidad, insultándose, los políticos se insultan y falta amor. - Sobre ti ya no recae, ya ha pasado el huracán mediático contigo, ya te están dejando tranquila. - Sí, sí, bueno, en cualquier caso cuando a las personas buenas les ofenden, guardan silencio, pero no porque no se quieran defender sino porque no se van a poner al nivel de los imbéciles. - Ana y ahora con la distancia, ¿cómo recuerdas esos primeros momentos en los que había tanto revuelo? - Nada, no me tocó. Yo estaba en Miami feliz con mi niña y a mí me tocó un pie y, nada, no hemos dicho una cosa importante que es qué bueno La Cabine para las navidades y es unisex. Oye, que he hablado más que mi niña, ¿eh? - Es que cada vez que hablas, salen titulares por tu boca. - Pues no lo sé porque siempre nos hemos respetado mutuamente, tanto vosotros a mí como yo a vosotros y ya está. - Pero eres consciente que cada vez que hablas sale un titular. - Bueno, pues que salgan titulares. Imágenes de Ana Obregón durante la presentación de La Cabine.
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