Silvia Abascal, muy orgullosa y encantada con su hija, se deshace en halagos al describirla

Silvia Abascal, muy orgullosa y encantada con su hija, se deshace en halagos al describirla: "maravillosa, espectacular, hecha un faro, creciente. Espectacular". No identifica qué podría haber heredado su hija de ella: "no lo sé, eso que lo digan otras personas, que lo ven. Es una luminosa, disfrutona, llena de energía. Estoy enamorada de ella". Recuerda sus problemas acústicos y lo difícil que es para ella vivir en Madrid: "me cuesta, sobre todo, el sonido de Madrid lo que más. No es lo mismo que el campo, por supuesto. Por suerte, hiperacusia, a mejor, acúfenos siguen pero bueno, ahí voy. Todo muy bien". Prefiere ser optimista tras todos los inconvenientes y obstáculos que ha sabido superar en la vida: "es tanto lo pasado, por unos acúfenos no vas a protestar". Silvia Abascal confiesa no ser una persona muy sociable pero agradece acudir a una alfombra roja tras llevar meses sin arreglarse para salir: "no soy muy social de estas cosas. Entre trabajo, mi hija, mi vida y tal, poco tiempo hay" "llevo cuatro meses o cinco en chándal, me apetece ponerme un vestidazo". Total a Silvia Abascal: - Muy buenas noches, Silvia. - Buenas noches. - Qué elegancia traes. - Para una noche que salgo, me arreglo. - Sales poco. - Salgo muy poquito, una o dos veces al año. A nivel de estos de alfombras, sí. - ¿Te cuesta o lo haces con toda la ilusión del mundo el momento preparación de lo que va a venir? - Lo hago con gusto, como es algo que hago muy poquito y, ahora por ejemplo, vengo de una temporada en teatro tremenda de trabajo. Llevo cuatro meses o cinco en chándal, me apetece ponerme un vestidazo. - ¿Por qué sales poquito? ¿No te apetece, no tienes ganas? - No soy muy social de estas cosas. Entre trabajo, mi hija, mi vida y tal, poco tiempo hay. - ¿Cómo está la peque? - Maravillosa, espectacular, hecha un faro, creciente. Espectacular. - ¿Qué le encuentras de lo que estás orgullosa que dices "esto lo ha heredado de mí, sin duda"? - No lo sé, eso que lo digan otras personas, que lo ven. Es una luminosa, disfrutona, llena de energía. Estoy enamorada de ella. - De ella y del papá. - Yo me separé hace dos años. - Ay, perdona. - No, no. - Contáis el uno con el otro a la hora de criarla, por supuesto. - Sí, pero como hablabas de enamorada del papá es verdad que yo nunca enamorada de mi hija. - Como padres separados, unidos en la crianza de la pequeña. - Ya. - ¿Sigues viviendo en el campo? - No, estoy aquí hace ya tiempo que me vine. En cuanto retomé ritmos laborales, no podía seguir ahí en las montañas. Estoy en Madrid. - ¿Cómo lo llevas? Con los problemillas de salud que contaste, ¿te has adaptado bien a Madrid? - Me cuesta, sobre todo, el sonido de Madrid lo que más. No es lo mismo que el campo, por supuesto. Por suerte, hiperacusia, a mejor, acúfenos siguen pero bueno, ahí voy. Todo muy bien. - Te acostumbras y siempre eres muy optimista, siempre lo has sido. - Es tanto lo pasado, por unos acúfenos no vas a protestar. - Nos alegramos muchísimos, que vaya bien. - Gracias.