De luto riguroso y de la mano de su 'Yerno' Fernando Verdasco, Isabel Preysler llega al cementerio.

DE LUTO RIGUROSO Y DE LA MANO DE SU “YERNO” FERNANDO VERDASCO, ISABEL PRESYLER LLEGA AL CEMENTERIO DÓNDE SE DARÍA SEPULTURA A SU MARIDO MIGUEL BOYER. CON ISABEL VA SU HIJA ANA BOYER, QUE TAMBIÉN DE LUTO RIGUROSO Y CON SU ROSTRO OCULTO BAJO OSCURAS GAFAS DE SOL, CAMINA DESOLADA HACIA EL INTERIOR DEL CEMENTERIO. LA ÚLTIMA EN BAJAR DEL COCHE ES TAMARA FALCÓ, QUE TAMBIÉN LUCE DE LUTO RIGUROSO, PERO SIN GAFAS DE SOL. A ESCASOS METROS VAN ÁLVARO Y DIEGO CASTILLEJO, SOBRINOS DE ISABEL. LOS JÓVENES, TAMBIÉN DE LUTO, LLEVAN CORBATAS NEGRAS. ENTRAN AL CEMENTERIO ACOMPAÑADOS DE UN FAMILIAR. TRABAJADORES DE LA FUNERARIA SON LOS ENCARGADOS DE TRASLADAR EL FÉRETRO HASTA EL INTERIOR DEL CEMENTERIO. DESOLADA, Y CASI SIN FUERZAS PARA CAMINAR, ENTRA EN EL CEMENTERIO LAURA BOYER, AGARRADA A SU HIJO. EN ESTOS DELICADOS MOMENTOS, JOSÉ VERDASCO, “CONSUEGRO” DE ISABEL PREYSLER, ENTRA EN EL CEMENTERIO ACOMPAÑADO DE SU HIJA SARA VERDASCO. CASI SIN PODER HABLAR POR LA TRISTEZA, ISABEL PRESYLER SACA FUERZAS PARA DAR LAS GRACIAS A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ALLÍ PRESENTES. ENTRE LOS ASISTENTES AL ÚLTIMO ADIÓS DE MIGUEL, DESTACAR A ALFONSO DÍEZ. RECURSOS DE FAMILIARES Y COMITIVA ENTRANDO EN EL CEMENTERIO.